¿Cómo es adoptar un nene o nena en Argentina? El lugar común indica que hay trámites muy engorrosos, que a los adultos que manifiestan su interés lo hacen esperar en pasillos oscuros durante horas para darle alguna entrevista o que ese llamado tan esperado nunca llega. Sin embargo, no siempre es así.
Para derribar ese mito, Infobae habló con una pareja que se vinculó con un chico de un poco más de dos años. De todo lo que pasaron como pareja y familia, desde el primer contacto fallido en el hogar hasta la convivencia actual de Tiziano Valentín con sus papás, Román Iglesias Brickles y Greta Meincke.
“¿Y si adoptamos un nene?”
Corría el invierno del 2020, plena cuarentena por la pandemia de coronavirus. Román y Greta ya habían hecho varios tratamientos para tener un hijo pero nada le resultaba. “Para las mujeres, es muy invasivo y cada intento nos daba mucho desánimo –recuerda Iglesias Brickle en diálogo con Infobae-. Cada volver a empezar desde cero nos ponía nerviosos a los dos. Aún así, lo probamos varias veces sin éxito alguno”.
La pareja hizo diversos estudios y los médicos no encontraron ningún problema biológico. Román, estima que el trabajo de Greta pudo haber influido. La mujer es kinesióloga y trabaja con bebés prematuros. “Ella está en contacto con muchos casos trágicos de niños que no sobreviven y eso la pudo haber impactado, quizás de manera inconsciente”, estima el hombre.
En ese momento, con las calles en silencio por la cuarentena, empezó a rondar en la cabeza de Román la idea de adoptar un nene. “Empecé a averiguar todo sobre ese tema. Informarme de todos los pasos y de cuáles eran las condiciones para hacerlo”, relata el flamante papá.
Entonces, una tarde de ese mismo invierno, se juntó con su pareja en el living de su casa de Tigre y café de por medio soltó: “¿Y si adoptamos un chico?”. A Greta se le iluminaron los ojos, abrazó a Román y le dijo que si sin dudarlo. Así arrancaba un proceso, un salto a un mundo desconocido para los dos. Tras el sí de su pareja, el hombre también lo consultó con su hija Martina, que en ese momento tenía 12 años. Y también aceptó muy contenta.
Entre el excel y la ansiedad
Arrancaron los trámites. Los dos completaron decenas de formularios judiciales, libre deuda y hasta de antecedentes policiales. “Hay un momento muy frío en el que tuvimos que poner en una especie de excel que buscábamos. Edad, color de piel, si tiene o no hermanitos, por ejemplo. La ansiedad que vas sintiendo es muy fuerte”, recuerda Román.
Según datos de la Dirección Nacional de Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Dnrua) difundidos por la agencia Télam, En Argentina hay 2.199 chicas y chicos en situación de adoptabilidad decretada. De ellos, el 75% tiene entre 6 y 17 años y más de un 10% presenta algún tipo de discapacidad o enfermedad permanente.
En tanto, el mismo organismo estatal, revela que de todos los legajos de adopción emitidos, el 88% se postula para niños de hasta 2 años, solo un 18% aceptaría chicos de hasta 8 y apenas el 1% a mayores de 12.
Con todos los formularios completos, llegaron las selecciones. En la primera quedaron en la posición 20, sin ninguna chance.
Mientras la pareja esperaba, seguía intentando con los tratamientos. “El último fue muy desmoralizante y con Greta nos pusimos muy mal – recuerda Román-. Estábamos destrozados, como sin fuerzas para seguir con ese tema”.
Conocer a Tiziano Valentín
Pero como en una montaña rusa de sensaciones, esa noche se acostaron afectados por la situación y los despertó un llamado telefónico. Era la secretaria del juzgado: habían quedado entre los 3 solicitantes para la adopción de Tiziano Valentín.
Román recuerda el momento del zoom. Él se conectó desde Córdoba, dónde estaba de viaje por trabajo, y Greta desde Tigre. El asunto de la reunión: “Adopción de Tiziano Valentín”. “¿Puede ser que ya estaba?”, pensó Román mientras esperaba el inicio del encuentro.
Entonces, le presentaron a Tiziano Valentín y le anunciaron que se iniciaba el proceso de vinculación entre el chico de 2 años y medio y la familia.
Tras la reunión virtual, llegó el momento del primer contacto cuerpo a cuerpo con el nene. Román y Greta se prepararon para la situación. Llevaron caramelos, un osito de peluche y pinturitas para dibujar. Pero no hubo caso, el Tiziano lloró las dos horas que duró el encuentro. “Es un momento que me pregunté ´¿qué hago acá´, pero con Greta decidimos seguir”.
La situación de la primera vinculación es el momento más difícil para todas las partes que participan del proceso. Los chicos están nerviosos, lloran y no saben bien quiénes son esos extraños que le llevan regalos.
Ya para el segundo encuentro, la situación mejoró un poco. Tiziano aceptó los regalos, unas galletitas que había hecho la mamá de Román, la futura abuela del nene. Esa misma semana, tuvieron un tercer contacto y el chico estuvo sentado a upa de Greta. Román los miraba y sonreía desde un costado. “Conmigo fue un poco más difícil porque en el hogar me contaron que Tiziano le tenía miedo a los hombres –explica-. Puede ser por algo de su pasado o porque en el lugar en el que vivía se relacionaba solo con mujeres”.
Tiziano vivió hasta los 9 meses con sus progenitores hasta que intervino la Justicia. El chico estaba en estado de desnutrición. “Leí el expediente y muchos relatos te dejan sin palabras, mejor ni contarlo”, explica Román.
Cómo fue la vinculación
El siguiente vínculo fue en una plaza y ahí la pareja sintió el primer clic. El primer momento en que se sintieron padres de Tiziano. “El nene vino corriendo hacia nosotros con los brazos abiertos –relata emocionado Román-. Esa carita de Tiziano no me la olvido más”.
Todo estas etapas se fueron dando en muy pocas semanas, menos de dos meses. Un tiempo después llegaba el cumple de 3 años de Tiziano y el nene fue a festejarlo con su futura familia. “Le hicimos una torta y le cantamos el cumpleaños. El nene ya parecía parte del hogar”, cuenta Iglesias Brickles.
Llegó la primera noche del nene en Tigre. Ya tenía su pieza preparada y todo ocurrió con total normalidad. Como si el chico hubiera vivido toda su vida en la casa de Román y Greta.
Tras pasar todas estas pruebas, se dio la declaración de guarda con fines adoptivos y el nene pasó a vivir con su nueva familia. “La primera semana iba todo tranquilo, pero la segunda fue muy difícil. Tiziano lloró todas las noches. Extrañaba mucho a sus amigos del hogar. Por eso, decidimos que siga yendo al jardín con los chicos con los que había compartido gran parte de su tiempo. Después de eso todo se normalizó de nuevo”, cuenta Román.
Iglesias Brickle explica que “en el momento en que se produce un clic, Tiziano ya es mi hijo, ya es Titi. Desde ese momento, lo educo como lo hice con mi hija Martina. Con los mismos valores e ideas para formar a una buena persona”.
Así entre todos aprenden a relacionarse en estas nueva familia que Román dice que se va formando como un tetris. Para el futuro cercano, el papá de Titi asegura que piensa en darle un hermanito a su pequeño hijo. “Vamos por más, porque con Greta somos papás por elección”.
Fuente: Infobae