El 7 de septiembre había sido la última vez que el río estuvo por debajo de cero en Paraná. Y esta madrugada, casi un mes después volvió a registrar -0,3 centímetros, según confirmaron desde Prefectura.
El caudal había tenido un marcado repunte, sobre todo por la apertura de compuertas de Itaipú a principios del mes pasado, que lo llevó a superar los 70 centímetros a mediados de septiembre. No obstante, luego comenzó nuevamente el descenso.
Perspectiva climática desfavorable
Al respecto, el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, aseguró que la situación en el río Paraná, que registra una bajante histórica, es peor que en 2020 y que la «perspectiva climática no nos favorece para nada».
«Por ahora todo indica que vamos a continuar con lluvias escasas y con algún evento esporádico que puede llegar a servir especialmente sobre la cuenca del Iguazú», detalló el funcionario quien señaló que la situación viene de un mismo cuadro de sequía que comenzó en junio de 2019.
«En los 38 años que tiene el sistema de alerta de monitoreo que se hace desde la Cuenca del Plata, desde Argentina, nunca se dio una situación tan especial como esta, de sequía tan prolongada», aseveró Bórus.
El funcionario afirmó que «todavía existe esa preocupación por la posibilidad de que la bajante sea tan prenunciada como en 1944».
Asimismo, destacó que un punto muy importante a tener en cuenta es que el caudal que hubo en las últimas semanas en el Paraná Inferior que bordea la costa de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, «es un caudal que no responde exactamente a las lluvias que se dieron en los últimos tiempos, corresponde también al uso de reservas en los embalses de la otra cuenca del Paraná en Brasil».
Consultado sobre la posibilidad de que este fenómeno se repita en años siguientes, el funcionario destacó que «la organización que hay hoy en la Argentina para atender todo tipo de emergencias es mucho mejor de la que había años atrás, desde la creación del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo – SINAGIL- que está organizado para enfrentar cualquier emergencia».
En este punto, señaló que ante cualquier eventualidad SINAGIL convoca a los organismos específicos que se necesitan en cada situación «hay una buena coordinación con todos los organismos».
«Se han atendido los problemas más severos como la toma de agua urbana y a pesar de lo grave de la situación, de lo intensa de la bajante, se están tomando las medidas como para que el impacto sea lo menor posible», enfatizó.
«Y -añadió- que cuanto más dure todo mayor va a ser el costo logístico de atender la bajante en todos sus impactos».