El próximo lunes, 26 de septiembre, una nave espacial de la NASA embestirá frontalmente un asteroide llamado Dimorphos a una velocidad de más de 20 000 kilómetros por hora, con el objetivo de alterar su trayectoria.
El experimento no supone ningún peligro para nuestro planeta, pero la NASA considera que es esencial llevarlo a cabo antes de que la necesidad sea real.
«Lo primero que ponemos a prueba es nuestra capacidad para construir una nave espacial guiada de forma autónoma que realmente logre un impacto cinético en el asteroide. Después probaremos cómo responde el asteroide al impacto. Al final, la verdadera pregunta es si podrá utilizarse esta técnica de impacto cinético en el futuro si alguna vez lo necesitamos», dijo en rueda de prensa Tom Statler, científico del programa DART de la NASA.
El impacto será observado a corta distancia por la pequeña sonda italiana LICIACube, que fue lanzada al espacio junto con la nave espacial DART hace casi 10 meses y se separó de ella hace dos semanas.
Los datos deberían ayudar a los investigadores a calcular exactamente cómo cambia la órbita del asteroide y hasta qué punto coincide con sus predicciones y modelos.
En estos momentos, los científicos no conocen ningún asteroide que pueda chocar con la Tierra en un futuro previsible, pero sí han identificado unos 27 000 cerca de nuestro planeta.