Por cierto que lograr que ambas mandatarias se sienten a conversar de un tema central para una de las economías regionales más importantes de la provincia y por ende del país, ya hubiese sido un logro de proporciones. Sin embargo, a última hora del viernes el gobernador –que estaba sólo en Brasil sin ningún asistente- se comunicó con sus funcionarios más cercanos y con los referentes del sector citrícola. Los que lo escucharon percibieron que había emoción del otro lado de la línea. “Lo logramos. Ahí Dilma y Cristina acordaron la entrada de la mandarina entrerriana al mercado brasileño. Son miles y miles de toneladas por año y de varias variedades. Así que bueno, misión cumplida”, dijo el gobernador Sergio Urribarri.
Y no era para menos. La citricultura venía muy castigada por el clima, por los precios, por las trabas parancelarias y por sus propias limitaciones a la hora de plantear una estrategia de desarrollo a escala sectorial. La reunión entre Dilma y Cristina que destrabó la exportación de mandarinas a Brasil no figuraba en ninguna agenda hasta apenas horas antes.
La insistencia del gobernador entrerriano impulsó la reunión por el lado de Argentina y fue respondida con gran cortesía casi inmediatamente por la presidenta brasileña. Logro importante de la “diplomacia” entrerriana.
Es que hasta el día miércoles Urribarri no formaba parte de la comitiva oficial. Así, desde el jueves había desarrollado una agenda importante que incluía su presencia en eventos tradicionales como la Fiesta de la Avicultura en Crespo y la atención de otros asuntos del Estado. Así las cosas Urribarri fue invitado por Cristina Fernández de Kirchner a último momento.
De tal manera tomó los asuntos pendientes más importantes vinculados con las relaciones bilaterales con los países del Mercosur. Allí estaba un dossier con una descripción de la situación de la citricultura y particularmente del bloqueo brasileño a la entrada de las mandarinas entrerrianas.
Urribarri: “Es un logro y una gran oportunidad”
“Bueno estoy muy feliz de sólo pensar la cantidad de gente que va a trabajar en esto, el volumen en salarios e ingresos que esto va a generar y todo lo que eso significa. Pero además porque confirma que los entrerrianos esta para más, que estamos considerados y debemos ser conscientes de que tenemos una gran oportunidad que hay que saber aprovechar”, dijo el gobernador.
“Siempre dije que Cristina y Néstor han sido los únicos presidentes que realmente nos han dado bolilla en la historia de este país y de esta provincia. Lo que hizo Cristina ayer conmigo: generar una reunión fuera de agenda con Dilma por un asunto que yo le había planteado un rato antes, es algo invalorable de una generosidad y consideración fuera de serie que ojalá todos tengan la capacidad y la generosidad de valorar. Sobre todo en Concordia y la región. Fue un gesto increíble por el que le estaré siempre agradecido y consecuente”, expresó.
La previa
El informe de la Cámara de Exportadores Cítricos del NEA (Cecnea), sombrío por cierto, indicaba que a pesar de las heladas que afectaron fuertemente las plantaciones, la región contaba con un gran excedente para exportar a Brasil debido a la retracción de otros mercados. La previsión de la caída de las exportaciones para 2013 era del 60 por ciento respecto de 2012, según consiga el informe que la Cámara le entregó a Urribarri hace un tiempo.
“Ahora, con los problemas de competitividad solo nos queda Rusia y Sudeste asiático con algunas variedades, a Inglaterra no dan los números y a Europa solamente y con riesgo, cerrarían dos variedades de mandarina en forma acotada. El panorama es muy malo”, consignaba un mail dirigido al gobernador ayer mismo antes de la reunión de las dos presidentas por un conocido empresario del sector.
El problema con Brasil
“Pese a las heladas tenemos fruta en exceso para exportar a Brasil vía terreste tanto en mandarinas como naranjas en el 2013. Brasil y Argentina tienen un programa acordado para exportarse mutuamente cítricos mediante el mismo programa de certificación sanitaria por el cual se exporta a la Unión Europea. Aun así el servicio sanitario brasileño auditó nuestro sistema de calidad y no hay problemas técnicos ni sanitarios”, indica el informe de la Cecnea.
“Hicimos un estudio comercial dentro del Plan Estratégico y está demostrado que Brasil demanda al menos 4 variedades de importancia que no tienen y que tenemos nosotros. Okitsu, Clementinas, Nova y Murcott. Se pueden acordar volúmenes a prueba para ver cómo funciona y no pisar ningún callo. Por ejemplo, 20.000 toneladas en 2013”, voló otro mail a la cuenta del gobernador cuando se abrió la posibilidad, remota en principio, de una reunión presidencial por el tema de la fruta.
Antes, a fines del 2011, los brasileños volvieron a prometer la apertura para los estados del sur del país, pero tampoco pasó nada.
Si efectivamente los embarques a Brasil de la mandarina entrerriana se destraban su volumen puede representar cuatro meses de trabajo para 7000 personas de manera directa. “Si después se puede trabajar la naranja: genial zafra hasta noviembre”, decía un mail de un empresario cuando el gobernador empezó a tantear el terreno previo a la reunión de las presidentas.
Brasil produce naranja para jugo. Son los principales productores y consumidores mundiales. “Pero si se quedan sin naranja, nos pueden usar de rueda de auxilio, por eso hay que estar listos”, dice el reporte.
“Gobernador, ellos mandarinas no tienen. Si les podemos mandar además se benefician el mercado interno y podemos tomar fruta de productores chicos y medianos, vive el comercio, ocupamos más trabajadores, un círculo virtuoso. Sólo falta el OK político”, le decían por mail al gobernador en Brasil los empresarios entrerrianos del sector.
“Muchas gracias por lo que pueda hacer. La citricultura lo agradece mucho. Afectuosamente. MC. Cecnea”, finalizaba el mail.