En un principio fue Román Riquelme, apoyado por Carlos Bianchi, quien se dio el lujo de exigir. Aceptó de buen tino la reunión para tomar mates en la casa del Virrey junto con el presidente Angelici y el secretario del club, Moscarrielo, y allí contó su deseo: extender el contrato hasta 2015 a cambio de 12 millones de pesos.
En ese mismo instante la pelota cambiaba de dueño. Eran los dirigentes quienes tenían la posibilidad de aceptar las condiciones del diez y poner coto a este asunto, sin embargo la reunión de la famosa mesa chica dijo no, o lo mismo o nada.
Otra vez Riquelme tuvo / tiene la número cinco bajo los tapones y deberá decidir para dónde abrir el juego. Acatar o cambiar. Al respecto, Daniel Angelici se muestra optimista. «Román nos dijo que lo va a pensar, esperemos que la respuesta sea positiva», detalló el mandamás xeneize en la presentación del Superclásico que se jugará en Córdoba el 2 de febrero ante River Plate.