Se trata de una instancia más de aprendizaje que coadyuva a garantizar el éxito, tanto de los exámenes, como del trayecto educativo de los adolescentes que por diversos motivos no aprobaron las asignaturas en las mesas examinadoras de diciembre.
Importancia de la participación de la familia
Ante la cantidad de materias adeudadas por estudiantes del nivel secundario, resulta de gran importancia que desde el seno familiar se promuevan y exijan las instancias de estudio necesarias para la aprobación del año académico.
Haciendo un análisis de los resultados de la evaluación de los alumnos y del rol de los docentes y la familia, la presidenta del CGE, Graciela Bar, reflexionó: “Los docentes solos sin la colaboración de las familias, no podrán obtener todos los resultados esperados y por ello nos preguntamos ¿por qué los estudiantes rinden tantas materias?, ¿exigimos en nuestros hogares horas de estudio y cumplimiento de tareas?”.
En este marco, se promueve para estos meses previos al comienzo de las mesas examinadoras, clases preparatorias en las propias escuelas de los estudiantes, que los ayuden a aprender y rendir satisfactoriamente en marzo sin tener la necesidad de invertir dinero en horas de clases particulares.
De este modo, a fin de evitar la repitencia y el fracaso escolar, se pide a los padres que sean los principales promotores del estudio de sus hijos reconociendo la importancia, en la sociedad actual, de detentar el título secundario, ya sea para continuar con estudios superiores o para insertarse en el mercado laboral.
Planes de mejora y escuelas de verano
Para brindar una educación de calidad y poder promover el año será necesario, en consecuencia, el cumplimiento de responsabilidades que deberán asumir entre todos durante enero y febrero en las Escuelas de Verano, oportunidad que le brinda el Estado provincial para asegurar la permanencia en el sistema educativo obligatorio.
Por ello, hay Planes de Mejora con Escuelas de Verano, para empezar a trabajar con los estudiantes a partir de enero haciendo una apoyatura en las disciplinas de mayor complejidad. Esto habilita a las escuelas a llamar a concurso para cubrir estas horas.
Esta propuesta pone muchas responsabilidades en juego: la responsabilidad política, la responsabilidad de las escuelas, la responsabilidad de los docentes, de los padres y la de los propios adolescentes que tienen que aprender en la escuela y aprovechar todas estas instancias formativas.