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El padre Ignacio suma proyectos en Paraná.

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Luego de varios meses de rumores y visitas en la más absoluta reserva, el padre Ignacio se dejó ver ayer en Paraná, confirmó que desarrollará obras en la ciudad y no descartó la posibilidad de radicarse en la capital provincial.
La revitalización de la fe católica que causó la designación del Papa Francisco aporta un contexto que, sumado al poder de convocatoria del sacerdote hoy radicado en Rosario, convierte a la posibilidad de su mudanza en un hecho de una magnitud difícil de dimensionar.
“Ahora estoy en Paraná más tiempo que antes y quiero empezar unas obras nuevas. En el futuro vamos a tener más noticias sobre cosas que ahora recién empezamos”, dijo el sacerdote, conocido por su obra milagrosa y sus misas de sanación multitudinarias, tras visitar la Municipalidad y reunirse con la intendenta Blanca Osuna, con quien dijo tener “una gran amistad y un gran proyecto”.

REVUELO. El padre Ignacio llegó al palacio municipal poco antes del mediodía. La visión de su figura sorprendió y causó un gran revuelo entre los trabajadores y las personas que se encontraban de paso en el edificio. Los fieles, emocionados, no podían creer que ese cura al que sólo se puede ver en encuentros multitudinarios estuviera ahí, a disposición de un grupo reducido.
Un nutrido grupo aguardó en el patio que terminará la extensa charla que el cura mantuvo con la intendenta. Cuando salió, de muy buen humor, el sacerdote no dudó en rezar con los presentes y brindarles su bendición.
Colaboradores de Ignacio habían solicitado especialmente a las autoridades del Gobierno local que no hubiera prensa durante la visita. No obstante, el cura accedió a dialogar con los cronistas de la Municipalidad.
– ¿Por qué le gusta tanto Paraná?-, le preguntaron al término del encuentro.
– Principalmente vine por la tarea de los chicos que estudian acá en el Seminario. En segundo lugar, saben que todos nosotros necesitamos un obispo referente ante El Vaticano, en Roma, para que vea que trabajamos bien y se asegure de que nuestra forma de conducir es la correcta. También nuestra vida sacerdotal, sobre todo nosotros, que formamos sacerdotes. El nuestro es monseñor Juan Alberto Puiggari, antes fue Mario Maulión-, respondió sonriente el padre Ignacio, en alusión al arzobispo de Paraná y a su antecesor.

ALEGRÍA. La intendenta Blanca Osuna se mostró emocionada tras el encuentro y dijo que le causaba “gran alegría” la visita del padre Ignacio.
“Es una manifestación de cariño y de confianza, de reconocimiento a su trayectoria, a su importantísima obra. Estoy muy contenta, orgullosa de que podamos recibirlo en nuestra casa y que él acompañe y bendiga los proyectos que tenemos en marcha y algunos que vamos a desarrollar juntos”, comentó.
La jornada del sacerdote en la ciudad culminó tras un almuerzo en la residencia del arzobispo que compartió con Puiggari y con Osuna, en la zona del Parque Urquiza. Allí continuó el diálogo acerca de los proyectos del cura en la ciudad y también se avanzó en aspectos administrativos y legales de un eventual traslado. El encuentro fue definido por los presentes como “una muy buena y positiva charla”.

“Ya tengo casa acá”

El padre Ignacio Peries nació el 11 de octubre de 1950 en Sri Lanka y fue ordenado sacerdote católico a los 29 años en Gran Bretaña. Actualmente, es superior de la Cruzada del Espíritu Santo y está afincado en Rosario, en la Parroquia Natividad del Señor.
El 24 de abril de 2012 eligió a la ciudad de Paraná para celebrar su primera misa de sanación fuera de Rosario. Concurrieron más de 40.000 personas.
Sobre el rumor acerca de su posible radicación en la capital provincial, el padre Ignacio ayer deslizó una declaración entre risas en el patio de la Municipalidad. “Algún día puede ser, ya tengo casa acá”, dijo, en alusión a la sede administrativa que abrió en la ciudad en mayo, a pedido del Vaticano.
La sede de la Cruzada del Espíritu Santo funciona en calle Comandante Espora al 500 y es atendida por el sacerdote Leovigildo Escorcia, el primer argentino del movimiento surgido en Irlanda.
Fue abierta porque El Vaticano solicitó a la congregación un domicilio canónico, se informó en mayo, dejando bien en claro a la comunidad que no sería ése un sitio para recibir bendiciones ni un lugar donde atendería el padre Ignacio.
La Cruzada del Espíritu Santo está en camino a ser reconocida por El Vaticano, para lo cual es preciso cumplir con una serie de formalidades: una de ellas es contar con la casa general, que debe estar ubicada en el mismo lugar de residencia de su obispo benévolo o benefactor, que es el arzobispo de Paraná, Juan Puiggari.

“Ya tengo casa acá”

El padre Ignacio Peries nació el 11 de octubre de 1950 en Sri Lanka y fue ordenado sacerdote católico a los 29 años en Gran Bretaña. Actualmente, es superior de la Cruzada del Espíritu Santo y está afincado en Rosario, en la Parroquia Natividad del Señor.
El 24 de abril de 2012 eligió a la ciudad de Paraná para celebrar su primera misa de sanación fuera de Rosario. Concurrieron más de 40.000 personas.
Sobre el rumor acerca de su posible radicación en la capital provincial, el padre Ignacio ayer deslizó una declaración entre risas en el patio de la Municipalidad. “Algún día puede ser, ya tengo casa acá”, dijo, en alusión a la sede administrativa que abrió en la ciudad en mayo, a pedido del Vaticano.
La sede de la Cruzada del Espíritu Santo funciona en calle Comandante Espora al 500 y es atendida por el sacerdote Leovigildo Escorcia, el primer argentino del movimiento surgido en Irlanda.
Fue abierta porque El Vaticano solicitó a la congregación un domicilio canónico, se informó en mayo, dejando bien en claro a la comunidad que no sería ése un sitio para recibir bendiciones ni un lugar donde atendería el padre Ignacio.
La Cruzada del Espíritu Santo está en camino a ser reconocida por El Vaticano, para lo cual es preciso cumplir con una serie de formalidades: una de ellas es contar con la casa general, que debe estar ubicada en el mismo lugar de residencia de su obispo benévolo o benefactor, que es el arzobispo de Paraná, Juan Puiggari.

 

Fuente: El Diario.