Desde un lateral, cuando el partido todavía se estaba armando, nació la ventaja de River que, a su vez, desnudó un problema grosero y repetido de Boca en la noche cordobesa: las distracciones defensivas del Xeneize. Con un largo envío con las manos mientras Gabriel Mercado también hacía un saque unos metros más atrás, Carlos Carbonero buscó a su compatriota Teo Gutiérrez que, tras un mal cruce del pibe Joel Rodríguez, fue hasta el fondo y le cedió el gol a Manuel Lanzini que definió dentro del área chica en absoluta soledad.
