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Paso a paso, la crisis de Independiente que terminó en la renuncia de Cantero

Arrancaba el nuevo milenio con un Independiente que ya no era el de antes. Pedro Izo, un referente en la conducción institucional, quedó apenas como una referencia a la que nadie hizo caso. Eran tiempos de Andrés Ducatenzeiler sentado en el sillón del 470 en la avenida Mitre, con un equipo penando por mantener la categoría.

 

Andrés Ducatenzeiler, el primer presidente de la debacle.
Andrés Ducatenzeiler, el primer presidente de la debacle.

El Rojo no ganaba copas ni peleaba campeonatos, estaba último y se asfixiaba con el promedio.Obligado por la situación, y para disimular irregularidades puertas adentro, el mandamás aceptó aportes externos para armar un plantel capaz de mantener la categoría. Daniel Grinbank, afamado productor e hincha del cuadro de Avellaneda, colaboró para garantizar la continuidad de Gabriel Milito y acercar a Leonardo Díaz, Federico Domínguez, Juan José Serrizuela, Diego Castagno Suárez, Lucas Pusineri, Daniel Montenegro, entre otros. El plan salió a la perfección: vuelta olímpica en diciembre de 2002, tranquilidad garantizada.

Sin un proyecto integral claro, el primer semestre de 2003 encontró al equipo último en la tabla de posiciones, la situación se comió al técnico campeón -Américo Gallego-, y otra vez la improvisación copó la escena. Sin gente idónea, Ducatenzeiler luego de haber aumentado significativamente la deuda patrimonial de la institución no pudo más que irse por la puerta de atrás, trazando un pacto con el entrante Julio Comparada, otro exitoso empresario, desligado del fútbol.

 

Así como José María Aguilar, Mario Israel y Daniel Passarella destruyeron a River, Andrés Ducatenzeiler, Julio Comparada y Javier Cantero pusieron de rodillas a otro gigante.

 

Con el nuevo encargado de la dirigencia hubo más promesas incumplidas. Orden económico, futbolistas de primer nivel, una cancha nueva con diseño y materiales al estilo europeo, y volver a ganar títulos internacionales. La gente le creyó, lo votó no una, si no dos veces.

Apariciones de la cantera como Sergio Agüero, Oscar Ustari y otros de no tanto renombre le dieron aire a una economía que se caía a pedazos. Sus ventas le dejaron a las arcas rojas una millonada de dólares que sirvieron para demoler el mítico estadio denominado Doble Visera, cuna de grandes hazañas, y comenzar a levantar el nuevo Libertadores de América.

 

Julio Comparada, aumentó la deuda en más de 200 millones de pesos.
Julio Comparada, aumentó la deuda en más de 200 millones de pesos.

 

Durante sus años de gestión fueron contratados más de cien futbolistas, desde grandes valores como Federico Insúa hasta ilustres desconocidos como el brasileño Sergio Manoel, todos con una excelente remuneración que el club no estaba en condiciones de pagar. Lo mismo sucedió al otro lado de la línea de cal: los cuerpos técnicos desfilaron unos detrás de otros, incluyendo la partida de Mohamed al compás de la improvisada marcha fúnebre que la barra brava tocó en el hall del estadio, lugar al que no debería haber podido acceder.

Éxitos deportivos un solo, la obtención de la Copa Sudamericana en 2010 con el propio Antonio Mohamed en el banco de suplentes al tiempo que en el campeonato local el Rojo terminaba en la última plaza, dando pie al principio del fin.

En el medio de todo este caos la barra brava pasó de ser un puñado de violentos con ínfulas de poder que los domingos manejaba la tribuna a una pequeña PYME que tenía a su disposición las distintas llaves del club.

Ante estas situaciones, que empezaban a colmar los ánimos del hincha común, al momento de los comicios la gente se volcó por caras nuevas. De un lado estaban Cacho Baldomero Álvarez, ex intendente de Avellaneda, Julio Comparada y Hugo Moyano; Noray Nakis jugaba su partido como acostumbra y, en el otro rincón, sin demasiada prensa ni glamour, aparecía Javier Cantero por Independiente Místico. Hasta entonces era simplemente un abogado que había cobrado notoriedad cambiándole el nombre a la calle Alsina para ponerle Ricardo Enrique Bochini. Su lema de campaña fue, escoba en mano: «Sacar la basura del club». Ganó confianza y también la elección con una frase a la que después no le rindió culto. hoy se va permitiendo el regreso a la institución de personajes nefastos para la historia del club.

Se topó con una deuda estimada en 380 millones de pesos, una cancha a medio construir, un equipo en ruinas hundido en el promedio, la plata de la televisación cobrada -y gastada- de antemano, y cheques rebotados por doquier con acreedores pugnando por cobrarlos.

 

Independiente, tapado de problemas institucionales, sueña con volver a Primera en junio, ascenso que hoy no tiene garantizado

 

La situación superó ampliamente a Cantero. El letrado devenido en dirigente deportivo sin experiencia alguna intentó separar los tantos: ordenar la economía, erradicar a Pablo Álvarez -Bebote, líder de la barra brava-, y enderezar el presente futbolístico.

En ninguno de los tres casos logró imponerse. Los balances mantienen el rojo aunque ahora por una suma cercana a los 600 millones de pesos, con un déficit operativo mensual que ni el cierre de distintas actividades amateurs logró paliar. Como si fuera poco, en épocas de crisis el entrenador del primer equipo, Omar De Felippe, dijo en diciembre último que su deseo era tener al día al plantel profesional, pero lejos de eso y en una clara muestra más de su terquedad, Cantero prefirió repatriar a Federico Insúa a costas de pagar más de diez millones de pesos por su ficha y contrato.

 

Javier Cantero, superado por la situación, solo la agravó.
Javier Cantero, superado por la situación, solo la agravó.

 

Otra vez un presidente intentó con el fútbol tapar los desmanejos institucionales, pero en esta oportunidad no salió. Independiente cayó al Nacional B al cabo de una temporada donde tuvo a tres técnicos trabajando, y siquiera en la segunda división encuentra el rumbo.

Si bien la aventura en el ascenso comenzó mal, cobrándose a un nuevo técnico, con la llegada de De Felippe empezaron a darse los resultados hasta dejar al equipo en las puertas del regreso a Primera. En ese entonces todo fue paz y tranquilidad; pero ahora, con apenas dos partidos en lo que va de 2014, todo explotó y la situación obligó a Javier Cantero a presentar la renuncia, con crédito agotado por parte de hinchas, compañeros de comisión directiva, cuerpo técnico y jugadores.

Qué pasará de la vida institucional de Independiente pocos lo saben. Es probable que Claudio Klebaitis, vicepresidente que ahora quedará al mando, en las próximas horas finalmente reflote el acuerdo con Independiente Místico aceptando que los hombres de Hugo Moyano pisen fuerte en temas importantes con la intención de llevar adelante una prolija transición hasta las próximas elecciones, que podrían ser el próximo 20 de julio, no respetando el estatuto que las tiene fijadas para diciembre. La otra alternativa es que ante las dimisiones en la comisión directiva se produzca una acefalía que obligue a una intervención.