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Así vive alguien que mató siendo menor

«Desde séptimo grado que pensaba hacer algo así», le dijo Junior a la jueza de Bahía Blanca Alicia Ramallo cuando su caso pasó tristemente a la fama como la versión argentina de Bowling For Columbine. El 28 de septiembre de 2004, un joven introvertido y chivo expiatorio del curso sacó el arma que le robó a su padre, integrante de Prefectura y disparó. El resultado: Evangelina Miranda, Federico Ponce y Sandra Nuñez murieron en medio de la balacera; mientras que Pablo Saldías, Rodrigo Torres, Natalia Salomón, Nicolás Leonardi y Cintia Casasola resultaron heridos pero se salvaron de milagro.

En la actualidad, Junior Solich tiene 25 años y pasa sus días entre la casa donde vive con su familia, en Ensenada y la clínica neuropsiquiátrica donde le diagnosticaron «trastorno de personalidad«. Casi ninguno de sus vecinos conoce su pasado, a excepción de uno, que dialogó con revista Gente sobre lo difícil que es para la familia mantener este secreto y arrancar de cero: «Cada vez, más gente se está enterando de que el hijo mató a los pibes», manifestó. La historia, emblemática en la historia argentina, ahora es contada en el libro Juniors.