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Monseñor Puiggari llamó a dejar el materialismo y el secularismo

Cuando a las 17.50 del lunes la tarde se encontraba en su plenitud apacible y luminosa, la figura del arcángel con la espada plateada y el escudo protector, se dejó ver en la explanada de la Iglesia San Miguel, ingresando por calle Buenos Aires al frente de una procesión de fieles que lo acompañaban. En ese momento las campanadas resonaron firmes y las palomas que habitan en la vieja cúpula huyeron desperdigándose en el cielo celeste de Paraná. El santo patrono protector de Entre Ríos llegó custodiado por cuatro policías uniformados sobre una camioneta blanca y encabezando la peregrinación que recorrió unas pocas cuadras alrededor del centro cívico. Unas 1.000 personas caminaron junto a la figura y otras 500 esperaban para sumarse para el comienzo de la misa. 
San Miguel es para el catolicismo el jefe de los ejércitos de Dios y se lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal 
En su conmemoración, ayer fue día no laborable en la ciudad. La ceremonia religiosa que consistió en una misa se llevó a cabo a la tarde en la iglesia San Miguel en la capital provincial. Del oficio participaron sacerdotes y seminaristas, y contó con la presencia del arzobispo emérito de la ciudad, Estanislao Esteban Karlic, así como el actual monseñor Juan Alberto Puiggari. Ambos encabezaron el atrio dispuesto sobre la puerta misma de la iglesia, mirando hacia una Plaza Alvear, que tal vez no estaba poblada de la cantidad de fieles que quizás la festividad ameritaba para el culto católico. 
La comuna dispuso el corte de calle y mantuvo el control vehicular en una tarde radiante donde familias asistieron a la celebración que comenzó cuando un nutrido grupo de niños tomaron la primera comunión. Luego, autoridades públicas y militares fueron tomando posición en las primeras gradas. Las banderas del Vaticano, de la Argentina y la entrerriana adornaron el escenario donde se entonó la canción “Vienen con alegría, Señor”, para luego sí celebrar la santa misa. 
Personas mayores y parejas con niños pequeños dominaron la esquina, de Buenos Aires y Carlos Gardel, en tanto no se vieron tantos jóvenes como en otras oportunidades. 

Homilía. Si alguien esperaba que monseñor Juan Alberto Puiggari aprovechara la ocasión para deslizar alguna reflexión que hiciera referencia sobre aspectos sociales, se equivocó meridianamente. El obispo dedicó los 15 minutos en que se dirigió a la feligresía a una evocación estrictamente espiritual, donde sólo bajó a lo terrenal para mencionar “el espíritu materialista y el secularismo que se impone en nuestra sociedad”. 
Puiggari comenzó reseñando la función de los arcángeles en el reino celestial, que no sólo sirven a Dios sino que “son los ángeles custodios de los hombres y el camino para llegar al Salvador”. 
Dijo también que el hombre se ha lanzado al encuentro de disvalores como “el placer y el dinero” y en muchos casos “he visto que los jóvenes tienen vergüenza de decir que creen en Dios, nos están haciendo sentir vergüenza por creer en Dios, pero queremos que en nuestra Entre Ríos se crea en Dios, que sus leyes reconozcan a Dios, especialmente en momentos en que el secularismo y el materialismo se imponen en nuestra sociedad”, enfatizó. 
En este sentido Puiggari ubicó a San Miguel como el líder de la milicia celestial que cuida al Señor y bregó para que “nos ayude a nosotros a pelear contra la soberbia, el egoísmo para que nos podamos permitir ser libres; y por eso tenemos que animarnos a luchar”, apeló recordando que más temprano, desde Santa Marta, en Roma, el papa Francisco había tenido similares palabras para los fieles del mundo. 
Finalmente, monseñor Puiggari concluyó parafraseando a Pío XI, quien dijo que el verdadero peligro que corre hoy la humanidad es “que el cansancio se imponga sobre los buenos para que el mal triunfe pudiendo sobre los hombres”. 
Luego, con el sol cayendo sobre Alameda de la Federación, la celebración por el Patrono de la provincia fue llegando a su fin. 

Elección 
El historiador Juan José Antonio Segura sostiene que la devoción a San Miguel en Entre Ríos estaría ligada a la presencia de la Compañía de Jesús en la zona. “La ciudad estaba enclavada en lo que había sido estancia jesuítica de San Miguel, donde parece hubo un oratorio dedicado al príncipe de los arcángeles”, indicó en Historia eclesiástica de Entre Ríos. 
¿Pero cómo llegó a ser patrono de la provincia? Pues bien, deán Francisco Dionisio Álvarez acunó la idea de llamar a la feligresía a una votación para determinar cuál santo sería patrono de la provincia y cuál otro patrono de la ciudad de Paraná. Así se hizo el 1 de enero de 1825 la elección, en la cual la Virgen del Rosario fue desde entonces patrona de la ciudad y San Miguel Arcángel de la provincia. Tres años antes, se había levantado el primer templo en honor a San Miguel, que luego se conocería como capilla norte, que da a la actual calle Ecuador, declarado monumento histórico nacional. 

AL MARGEN
Teología
. San Miguel Arcángel, patrono de Entre Ríos, es uno de los siete arcángeles, de quienes sólo se conoce el nombre de cuatro: Rafael, Uriel, Gabriel y Miguel. El nombre de los otros tres es un misterio. Para la Iglesia, los arcángeles dirigen el ejército celestial en contra de Satanás y sus ángeles caídos. 

Concierto. Tras la procesión y ceremonia religiosa, se cerraron las festividades por San Miguel con la actuación de la Banda de la Policía de Entre Ríos. Con un cancionero popular, se interpretaron cumbias y baladas del tipo pop latino. También se presentó el acordeonista José Benavides, recientemnte premiado en Italia.

 

Fuente: El Diario