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Nuevas pruebas abonarían la tesis del ataque sexual

Fuentes judiciales señalaron que un informe de la Dirección Criminalística de la Policía de Entre Ríos, que le fue entregado al fiscal que entiende en la causa, dio cuenta del hallazgo de rastros de antígeno prostático específico (PSA) en una toalla y un colchón que fueron secuestrados en el galpón de la familia de Facundo Bressan, el único imputado hasta ahora por el crimen de Priscila Hartman. En el informe también se dio cuenta de un análisis a la tierra que se obtuvo de las ruedas de la moto de la malograda joven, que fue secuestrada a escasos metros de la casa del imputado. Estas muestras fueron cotejadas con otras que fueron levantadas en el lugar en el que se halló el cuerpo de Priscila, el 26 de octubre, y se corresponderían con las de la rueda de la moto.
El móvil. En el informe se da cuenta que de pericias científicas realizadas a unas botas negras, una campera marrón y un par de anteojos de sol que eran de la joven víctima y llevaba puestos cuando salió de su casa en Paraná –y fueron hallados y secuestrados en la parte trasera del galpón de la familia Hartman– no poseen rastros de polen del lugar en que se halló el cadáver de Priscila. Estos elementos abonan la hipótesis de la querella particular, a cargo de Marcos Rodríguez Allende, que sostiene la posibilidad de que el imputado haya intentado tener relaciones íntimas con la joven, quien se negó. En este sentido, Rodríguez Allende evaluó que las pruebas científicas “significan que, confirmando la hipótesis acusatoria, a esta altura de la Investigación Penal Preparatoria es altamente probable que las prendas de vestir no estuvieran en contacto con el lugar donde fue hallada sin vida Priscila, sino que fueron retirados de su cuerpo por el supuesto homicida, quien la trasladó sin esas prendas y elementos”. Así, añadió que “con estos elementos de prueba, sostenemos que se cristalizaría el móvil del ataque sexual por parte del imputado, que habría reaccionado violentamente ante la negativa de Priscila de mantener relaciones sexuales consentidas”.
Abonando la tesis acusatoria, el querellante recordó que “Priscila, según consta del informe de los médicos forenses, no exhibió signos de movimientos defensivos como consecuencia del golpe que recibió en la nariz, que le produjo un estado de obnubilamiento, que posibilitó la posterior asfixia con el guante de trabajo”.

Confirmado. El querellante precisó a EL DIARIO que se confirmó que el cotejo del guante de trabajo derecho que se encontró en la garganta de Priscila y el aro plateado con una esfera en un extremo que le faltaba, son exactamente iguales a los que se encontraron en el galpón de la familia. El querellante precisó que el guante izquierdo fue encontrado en el cobertizo al igual que la alhaja, que estaba debajo de un colchón. Rodríguez Allende manifestó al respecto que “para que no queden dudas voy a destacar que todas las medidas, tanto allanamientos como secuestros de objetos, no sólo fueron ordenados por el juez de Garantías, sino que fueron realizados en presencia del delegado judicial, con testigos pertinentes y con conocimiento del Ministerio Público Fiscal y de la defensa oficial, que tenía a su cargo la defensa del imputado al momento de las medidas. Por lo tanto, no podemos aventurar tan siquiera que los procedimientos de allanamientos y secuestro de elementos pueden ser cuestionados por irregulares”.

 

NÉSTOR BELINI- El Diario