La Presidenta recibió ayer a la cúpula eclesiástica en la Casa de Gobierno; quienes definieron el encuentro como “de cortesía, protocolar y cordial”
La presidenta Cristina Kirchner y la cúpula episcopal que encabeza monseñor José María Arancedo coincidieron ayer en destacar la figura del papa Francisco en la mediación que posibilitó que Cuba y los Estados Unidos retomen después de más de 50 años las relaciones diplomáticas bilaterales.
El subsecretario general del Episcopado, Pedro Brassesco, dijo que durante el encuentro en la Casa Rosada los obispos destacaron la importancia de la fraternidad entre los argentinos, sobre todo en vísperas de Navidad.
El sacerdote precisó que Arancedo le presentó a la primera mandataria a los nuevos integrantes de la mesa ejecutiva que lo acompañan en el Episcopado: el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli; el vice segundo y arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargniello y el secretario general, Carlos Humberto Malfa, obispo de Chascomús.
Brassesco definió la reunión como “un diálogo de cortesía, protocolar y cordial” y dijo que los obispos le obsequiaron un pesebre a la Presidenta. Asimismo, precisó que la mesa ejecutiva no le llevó el mensaje navideño en el que se advertía sobre la corrupción y la falta de ejemplaridad del país, porque la Presidenta lo había recibido con anterioridad por otros canales.
De la reunión con los prelados participaron también el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich ; el canciller Héctor Timerman , y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
Agenda. Previamente, y en una deferencia especial, atento a las estrechas relaciones entre ambos países y los acuerdos firmados recientemente, la jefa del Estado recibió personalmente las cartas credenciales del nuevo embajador de la China, Yang Wanming.
El acto, que se realizó en el despacho presidencial, superó lo estrictamente protocolar ya que la mandataria estuvo acompañada, como es de estilo por el canciller, pero también se sumaron Capitanich, y los ministros de Economía, Axel Kicillof , y de Planificación, Julio De Vido , y todos mantuvieron luego una reunión conjunta. Luego, la mandataria encabezó en el Salón Blanco la ceremonia de entrega de sables e insignias a los nuevos jefes superiores de las tres Fuerzas Armadas.
Por otra parte, fuera de la agenda oficial, la presidenta saludó a Miriam Bullión, usuaria del ferrocarril Sarmiento, que ganó un automóvil en el primer sorteo para usuarios de trenes con la tarjeta SUBE y poco después al nieto recuperado número 116, Jorge Castro Rubel.
Saludó a legisladores
La Presidenta felicitó a los diputados y senadores del Frente para la Victoria (FpV) y de fuerzas parlamentarias aliadas por el trabajo de 2014, durante un brindis que encabezó en el Salón Eva Perón.
“He sido senadora y diputada en épocas mucho más difíciles, cuando por ser oficialista había que tragarse sapos, bueno yo no me los tragaba, ese era el problema mío”, enfatizó Cristina, quien contó que antes recibió al primer ahijado judío de la Presidenta y a los nietos 116 y 100 que recuperaron su identidad y querían conocerla. Cristina afirmó que “los profetas del desencuentro se equivocaron otra vez con sus pronósticos agoreros” al encabezar un brindis de fin de año junto a legisladores oficialistas en la Casa Rosada.
“Hubo muchos pronósticos agoreros sobre cómo íbamos a terminar el año. El dólar se iba a ir no sé a dónde y otras tantas cosas más. Los profetas del desencuentro se equivocaron una vez más”, señaló la mandataria.
Y en ese sentido, afirmó: “Cuando se informa se genera optimismo o pesimismo, pero algunos se la pasan generando malas expectativas”.