El papa Francisco recibió este jueves a una delegación de yazidíes, a la que transmitió su «proximidad espiritual» y su apoyo en este «tiempo de prueba», como calificó la persecución de la que son objeto por parte de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Irak.
«El Santo Padre ha asegurado a los delegados su proximidad espiritual y su apoyo en este tiempo de prueba, esperando que pronto se puedan restablecer la justicia y las condiciones de vida libre y pacífica para los yazidíes y para todas las minorías objeto de discriminación y violencia», informó la Santa Sede en un comunicado.
La delegación yazidí estaba encabezada por el líder de esta comunidad minoritaria iraquí, Tahsin Said Ali Beg, y por su jefe espiritual supremo, el «baba sheikh» Skeikh Kato, ambos provenientes del Kurdistán iraquí. También estuvieron presentes otros representantes de los yazidíes del norte de Irak, de Georgia y de la diáspora de Alemania.
Todos expresaron su agradecimiento al Pontífice, a quien uno de los presentes se dirigió como «padre de los pobres», por su apoyo en «este tiempo de persecución y sufrimiento». Además, le informaron sobre la situación de las mujeres yazidíes esclavizadas por combatientes del EI y le trasladaron sus buenas relaciones con los cristianos de la zona, con quienes comparten una «recíproca solidaridad», según la nota oficial.
El encuentro duró en torno a media hora y se desarrolló en la biblioteca privada del Palacio Apostólico.
Los yazidíes, de etnia kurda y cuya religión se basa en el zoroastrismo, son uno de los blancos del EI, que les considera infieles.
Más de 500.000 yazidíes y miembros de otras religiones minoritarias han huido del norte de Irak desde junio pasado, cuando el EI se hizo fuerte en esa zona, y otros cientos han sido asesinados, según datos de la ONU.