Desde hace cinco meses la planta de la cooperativa de trabajo limitada Coceramic no produce. Esto, por supuesto, detuvo las ventas y los ingresos para pagar los sueldos. El detonante fue la inundación que sufrió la planta a finales de febrero cuando se produjo una lluvia en que cayeron más de 100 milímetros en pocas horas. La consecuencia fue el ingreso de agua y barro al horno donde se cocinan los ladrillos y las tejas francesas. También fueron afectados los tanques de combustible y se arruinó la instalación eléctrica y varias máquinas.
Durante el tiempo transcurrido sólo han logrado reparar provisoriamente uno de los aparatos. “Recién ahora estamos pudiendo poner a punto algunas máquinas pero siguen fallando los sistemas eléctricos. Además necesitamos urgente arreglar otras porque así no da abasto. El sistema está hecho para que trabajen varias máquinas”, dijo a EL DIARIO el asociado Carlos Lencina.
Consultado sobre el modo en que subsisten dijo: “Estamos resistiendo. Tratando de defender el trabajo pero si esto no se modifica además de ser la primer fábrica recuperada vamos a ser la primera en cerrar”.
Según dijo Lencina, el hecho novedoso sucedió luego de que fuera canalizado el arroyo Antoñico a la altura de la fábrica. Esto ocasionó que el drenaje de los pluviales sea más lento. Ante la abundante lluvia, el agua no alcanzó a escurrir y se acumuló dentro de la planta. “Si llueve con la misma magnitud puede volver a pasar lo mismo”, aseguró.
Hasta que ocurrió lo relatado, Coceramic le vendía tejas a compradores de la costa atlántica de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, la región de Cuyo. También hubo ventas a Uruguay que se suspendieron por falta de tecnología. Por este mismo motivo se frustró la posibilidad de exportar a Chile. A su vez, los ladrillos que se producen en la planta de la calle Osinalde se distribuyen en Paraná.
De no reactivarse la producción en breve, son 70 los trabajadores que se verían afectados. Una de las salidas a esta situación es el traslado y reconversión de la fábrica, un proyecto que lleva décadas dando vueltas. De todos modos, ante la urgencia de lo ocurrido, iniciaron un trámite ante el Estado provincial para obtener un subsidio de $150.000 con el objetivo de reparar la maquinaria afectada. Hasta el momento, el objetivo no se ha podido concretar.
Modernización. El último 13 de diciembre se avizoró una posibilidad para la mudanza. Ese día representantes de la cooperativa y un ingeniero designado por el gobierno provincial viajaron a Salta para conocer las instalaciones de Cerámica Andina, una planta inactiva, que cuenta con tecnología de punta que podría ser adquirida para la fábrica de Paraná.
El plan era que el Estado adquiriera la maquinaria y Coceramic la pagara con producción. “La propuesta era entregar el actual terreno como parte de pago. Sin embargo, el gobernador nos propuso pagar ese crédito con producción dada la cantidad de obras que encara el gobierno en la provincia”, contó Lencina.
La nueva planta estaría instalada cerca de los yacimientos en la zona de Bajada Grande y contaría con un horno túnel de 150 metros de largo alimentado a gas. El secadero estaría construido en paralelo para aprovechar el calor. Esto permitiría producir las 24 horas. En las actuales instalaciones sólo se puede trabajar durante 8 horas ya que el horno es de 1897.
“El equipamiento ya ha cumplido su vida útil. Hasta que nos inundamos, la capacidad era de 30.000 ladrillos y 150.000 tejas por mes. Con la nueva tecnología se lograría llegar a 1 millón de ladrillos y a 320.000 tejas. Esto nos permitiría dar un salto importante”, sostuvo el vocero.
La idea del traslado tiene varias décadas. Tanto los antiguos dueños, como los cooperativistas, han querido llevar la planta a otro sitio. La razón es que la actual dirección se encuentra en medio de una zona urbanizada y parquizada. Por otro, los gastos de traslado se disminuirían.
AL MARGEN
Complicaciones. A la situación de crisis que atraviesa la cooperativa, se suma el reciente derrumbe de parte de la barranca donde está emplazada y un conflicto relacionado a maniobras de camiones de la Comuna en terrenos de Coceramic.
Primera. La cooperativa Coceramic existe desde 1992. Fue la primera fábrica recuperada del país, luego de la quiebra de la Sociedad Anónima que la explotaba.