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Nuevo desmoronamiento en el Parque Urquiza

o_1439521274Las lluvias se llevaron, otra vez, parte de la barranca. El nuevo bocado en el terreno llegó hasta el asfalto de la costanera alta. La zona afectada en el Parque Urquiza se encuentra sobre las calles Etchevehere y Vélez Sarsfield, en cercanías al Arzobispado. El terreno cedió y algunos bloques de cemento y material natural rodaron algunos metros abajo.
De este modo, parte de los “pilotes” instalados bajo tierra para remediar el derrumbe anterior quedaron a la vista. También se observan grietas y rajaduras en la calle. La calzada se convirtió en una suerte de balcón voladizo ya que parte de la base fue socavada.
La Municipalidad marcó un perímetro con una malla naranja, colocó bolsas con arena y cubrió algunos sectores con nylon como medida paliativa. Según dijo a EL DIARIO el secretario de Planificación, Guillermo Federik, se trata de una situación menor. “Es un desmoronamiento del suelo superficial que rompió el cordón y el pavimento pero no hubo desplazamiento de las capas inferiores”, afirmó.
Producto de los sucesivos desplomes, desde la perspectiva inferior se ve un importante desnivel de alrededor de 4 o 5 metros. A su vez, la calle Acuerdo de San Nicolás está cubierta por toneladas de tierra y árboles que han quedado con las raíces hacia el cielo. Al costado de ese cúmulo continúa instalado el caño de plástico blanco y la manguera azul que suplanta al conducto de la cloaca que fue arrasado con los movimientos de terreno.
Arreglos. Luego del primer desplazamiento producido en mayo pasado, el municipio encaró una primera etapa de la recomposición del paisaje. El trabajo consistió en una “costura” de 41 pilotes de hormigón y hierro de 14 metros de profundidad que fueron instalados en la parte superior de la barranca. De este modo se busca contener el derrumbe y estabilizar el terreno.
La intervención fue resultado del estudio realizado por la consultora local Barbagelata Ingeniería SA (BISA) que fue contratada para realizar la evaluación de la situación geo estructural y elaborar los proyectos para la recomposición de la barranca.
La “cicatriz” de la obra se puede ver en los recortes circulares de 40 centímetros de diámetro que quedaron marcados en la calle. El costo fue de $1.800.000 y se cubrió con fondos municipales. Al momento de finalizarse este trabajo, el secretario de Infraestructura de la comuna, Abelardo Llosa sostuvo que la obra incrementaría la estabilidad de la barranca en un 40%.
Federik afirmó que “la obra no fue afectada por el nuevo desmoronamiento y, a su vez, cumplió su función ya que no se movieron las capas inferiores”. Luego, anunció que la semana próxima se conocerá el proyecto de la segunda etapa de la reconstrucción que contempla la elaboración de drenajes subterráneos, canales, desagües, taludes, terrazas y un muro contenedor. Otra de las modificaciones contempladas es el reemplazo del suelo arcilloso por otro de tipo calcáreo (brosa) para mayor estabilidad.
El propósito es generar nuevamente las condiciones de parque verde con forestación, tal como se ha hecho con otros sectores de las barrancas del Parque Urquiza. Una vez evaluado el plan, se realizará el llamado a licitación.
A una cuadra de los derrumbes, sobre calle Acuerdo de San Nicolás y frente a la Virgen Stella Maris, trabajadores de la empresa Demartin realizaron la reparación y construcción de nuevos desagües para canalizar el agua que corre por la barranca y reconstruir parte de las cloacas afectadas por los movimientos de tierra. Ambos propósitos se conjugan para evitar la erosión del terreno y los futuros desmoronamientos.
Los problemas de estabilidad también se registran en otros enclaves del parque. El municipio tiene detectado potenciales riesgos en la zona del Anfiteatro, en la Cuesta de Izaguirre, en la Bajada de Los Vascos y en la calle Melvin Jones.