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Se confirmó que una mujer fue atacada con burundanga

Una joven que fue asaltada por una falsa vendedora de perfumes que le robó 7.000 pesos en una panadería paranaense y los análisis de sangre y orina confirmaron que tenía restos de burundanga, una droga que adormece casi instantáneamente a las víctimas y les hace perder el conocimiento durante algunas horas, confirmó a EL DIARIO el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull.
floripondioSilvina Evelyn Martínez, la víctima del robo, contó que el martes al mediodía estaba atendiendo una panadería de su propiedad, en calle Blas Parera, cuando ingresó una mujer que, mientras compraba pan, le ofreció venderle perfumes.
“Me empezó a ofrecer perfumes, me dio tres recipientes y cuando llego al tercero, lo acerco a mi nariz y, en ese momento, la mujer hizo un movimiento extraño, provocando que el líquido se derrame sobre mi rostro. Entonces ella misma me brinda un pañuelo para poder secarme la zona donde me había caído el líquido, pasaron tres segundos y luego no recuerdo más nada”, reveló la joven en declaraciones a Canal Once.
La joven contó que al recuperar la conciencia estaba en el baño de la panadería, atada de pies y manos. Pidió ayuda a los gritos y una vecina la rescató, llamó a la Policía y a una emergencia médica.
“La idea no es generar psicosis sino estar alertas. El momento que viví es delicado, triste y para nada agradable. Por eso no quiero que otra persona le pase lo mismo que a mí”, señaló Silvina a la prensa.
Ayer se conocieron los resultados del laboratorio criminalístico de la Policía que confirmaron que la joven fue adormecida mediante la sustancia química escopolamina, popularmente conocida como burundanga. Se trata de una droga que proviene de un grupo de plantas, varias de ellas de origen americano, con propiedades psicoactivas que han sido utilizadas a lo largo de cientos de años como hierbas medicinales, tales como el cacao, el sabanero, la datura y la mandrágora. Pero las pericias determinaron también la presencia de otras dos sustancias, todavía no identificadas y que podrían haber prolongado los efectos en el organismo de la joven.
De hecho, al día siguiente, Silvina volvió a descompensarse, sufrió debilitamiento, vómitos y mareos, por lo que sus padres la trasladaron hasta el Hospital San Martín, donde permaneció internada durante cuatro horas y fue sometida a nuevos análisis para establecer las características de la sustancia con la que la fue atacada.
El fiscal Ramírez Montrull ratificó que los resultados del laboratorio confirmaron que la comerciante paranaense fue adormecida con burundanga. “En la fiscalía habíamos escuchado comentarios sobre casos de robos mediante el uso de burundanga y ahora estamos ante un caso confirmado”, admitió.
La referencia del fiscal alude a otro caso que se conoció la semana pasada en Paraná y que habría tenido como víctima a otra joven que aseguró que, mientras viajaba en un colectivo del transporte público, un hombre le rozó el cuello y luego, al descender, sintió un adormecimiento y una incapacidad para moverse. Esa joven radicó la denuncia policial dos días después del hecho, lo que impidió determinar si había sido atacada con burundanga, aunque los investigadores así lo creen.
Ramírez Montrull explicó que el uso de la sustancia conocida como burundanga encuadra los casos en el delito de robo, debido a que hay aplicación de violencia mediante “el uso de medios hipnóticos o narcóticos”, que prevé para los responsables una pena de hasta seis años de prisión por el apoderamiento “con violencia” de bienes ajenos, en este caso una suma de dinero estimada en 7.000 pesos.
La víctima hizo un retrato hablado de la mujer que le ofreció los perfumes, los investigadores también tomaron fotografías del lugar, se dio intervención a la División Rastros de la Policía y se están analizando filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona para tratar de determinar la identidad de la asaltante.
En tanto, el fiscal remarcó que ante la presunción de un ataque mediante el uso de burundanga hay que denunciar el hecho a la brevedad, ya que los rastros de la sustancia desaparecen del organismo a las cuatro horas.