El jueves 3 de diciembre, Jorge Perino Actis denunció en sede policial que su mujer, Miriam Vega, de 28 años, y su hijo Bruno, de apenas cinco, habían desaparecido del domicilio, dejando ella el teléfono celular, pertenencias y desconociendo totalmente el paradero de ambos.
La familia estaba viviendo bajo el mismo techo hasta el miércoles 2 de diciembre, día en el cual, según Perino Actis, ocurrió algo que explicaría su desaparición, por lo que solamente pide saber por el paradero del niño.
Ante una serie de datos enfrentados, entre versiones de quien era el concubino de la mujer desaparecida y la madre de ella, a la vez abuela del chiquito, la Justicia ordenó el miércoles allanar el domicilio de calle Soldado Bordón, Barrio 144 Viviendas.
Perino Actis se desempeña como chapista y estaba trabajando cuando la Policía lo fue a buscar y lo trajo en un móvil policial para que abriera la puerta de la casa. Con dos testigos civiles, ingresaron al domicilio y se les informó que la orden de requisa era para buscar, específicamente, memorias de computadoras, teléfonos celulares, cámaras fotográficas, notas, manuscritos, cartas, prendas o cualquier otro elemento de interés que permita dar algún indicio de los últimos movimientos de Miriam Vega y su hijo Bruno Ezequiel.
Mientras se desarrollaba el procedimiento, el dueño de casa accedió a hablar con EL DIARIO.
“El miércoles de la semana pasada ella –por su mujer- vino con un hombre a nuestra casa y me dio a entender que se quería ir. Yo hablé con ella, hablé con esa otra persona y al otro día no la volví a ver ni tampoco a mi hijo”, dijo el denunciante.
“Hacía mas de seis años que estábamos juntos”, contó Jorge, admitiendo que de un tiempo a esta parte habrían comenzado a existir problemas de pareja. “Fue el 21 de noviembre cuando tuvimos una discusión y empezó a plantearme problemas y a decirme que ella quería separarse, aunque creo que no es la forma correcta de la manera que lo hizo. Yo a ella la veo por última vez el jueves 3 de diciembre a la mañana, antes de salir y al regresar no los encuentro ni a ella ni a mi hijo, hago la denuncia, mas que nada porque quiero saber donde está Bruno Ezequiel que es lo que mas me importa”, admitió.
“Ese mismo jueves yo había salido a la mañana a Tribunales, con la idea de dejar en claro nuestra separación, porque si bien no estamos casados, teníamos todos estos años de convivencia y un hijo en común y quería hacer las cosas bien, pero al regresar, ellos ya no estaban. Los vecinos no los vieron ni siquiera esa mañana, los vieron por última vez el miércoles y nadie me puede dar indicios de cómo se fueron”, contó.
Mientras se efectuaba el allanamiento, esta Hoja pudo conocer que al personal que estaba trabajando se le informó que a través de un medio de comunicación, un chofer de remís había comentado que llevó desde ese lugar hasta la Terminal de ómnibus a una mujer que había comentado que se iba a Rosario.
Posteriormente, cuando esta Hoja dialogó telefónicamente con María Virginia Beltramino, madre de Miriam Vega, la mujer relativizó este punto. “La Policía se comunicó con la empresa de remises y se informó que ningún remís hizo un viaje desde esa casa a la Terminal y todo quedó en la nada”.
Además, Beltramino hizo hincapié en “contradicciones” en los dichos de su yerno y situaciones que llaman la atención a los investigadores como para encarar una pesquisa por violencia de género.
También la hermana de Miriam, Victoria Vega, que vive en Crespo, manifestó a esta Hoja “ella tenía mucha mas comunicación con mi madre, pero creo que ella empezó a buscar la separación cuando se enteró que el nene había llegado golpeado a la escuela y sospechaba que su pareja le había pegado”.
Fuentes de la investigación contaban con la versión de que Perino Actis se había vuelto excesivamente controlador, desde su manera de vestirse hasta sus manejos a través de Internet. “De hecho, sabía su clave de acceso”, trascendió.
Lo cierto es que para la familia paterna de Miriam Vega, es difícil creer que se haya ido con su hijo a cuestas, sin dejar un solo indicio de donde podría estar y sin posibilidades económicas de subsistir, de no ser que estuviera siendo apoyada por otra persona.
Jorge Perino Actis recordó que “Ella contaba con algún dinero, porque cuidaba una persona mayor de noche, pero no creo que haya sido mucho. Miriam iba a cumplir 29 años este 18 de diciembre”.
INVESTIGACIÓN. Finalmente, respecto al allanamiento que ordenó la Justicia en su casa, y ante la pregunta directa de este medio de si no cree que mientras se esperan respuestas, los indicios señalen que es necesario investigarlo a él también, contestó: “Pienso que es un procedimiento normal, que se investiga hacia abajo, para ver si no hay un problema de género. Calculo que ese es el motivo por el cual allanan mi casa, pero, las cosas tienen que pasar y se verá. Lo único que pido es que por favor encuentren a mi hijo, porque a mi pareja la doy como terminada”.
En referencia a que se buscaban aparatos telefónicos, memorias de computadoras, y a la versión de comentarios acerca de que Miriam podría haber mantenido contactos con un tercero en discordia, Jorge no dudó en contestar que “sí, hay varios indicios en los cuales están trabajando los investigadores”. ¿Pero son sus sospechas o son pruebas con las que cuenta la Policía?, fue la obligada pregunta, ante la posición de la familia de la mujer desaparecida que niega la versión de otra relación. “Yo ya tenía las sospechas, y lo confirmo el día miércoles 2 de diciembre cuando ella trae a una persona masculina, la cual yo la echo de esta casa y primero hablo con ella y después tengo comunicación con esta persona, la cual me admite que la quería, que la quería llevar con él, pero yo quería terminar las cosas bien y creo que esa no fue la manera de hacer las cosas bien. Por eso yo estoy convencido de que se fue con otra persona, pero quiero que me devuelva a mi hijo”, terminó diciendo.