
Sin embargo, ninguno de ellos irá a la cárcel: el hombre fue condenado a tres años de prisión condicional y a la mujer recibió una pena de dos años de prisión condicional. A pesar de todo, el adolescente continuará viviendo con sus apropiadores, aunque el tribunal instó a que se generen mecanismos para la revinculación con su madre biológica, en aras del derecho a la identidad, y que se corrija la partida de nacimiento donde el hombre que ayer fue condenado figura como el padre biológico.
El caso que conmovió a la comunidad de Basavilbaso, la segunda localidad del departamento Uruguay. Pedro y Claudia -sus apellidos no serán consignados para evitar la identificación del menor- criaron como propio al hijo de una adolescente nacido el 26 de abril de 2002 el Hospital Sagrado Corazón de Jesús.
Andrea Quevedo, la madre biológica, tuvo un breve contacto con el niño hasta que la pareja se lo apropió. El chico fue inscripto en el Registro Civil como hijo de ella y de Pedro, y nunca más volvió a verlo. Dos años después presentó la denuncia en un juzgado porteño, pero luego la causa pasó a los tribunales entrerrianos e inexplicablemente quedó traspapelada en un juzgado de Concepción del Uruguay; y recién cobró impulso en el año 2010, a instancias de la propia joven. Entonces los apropiadores fueron detenidos y se encaminó la investigación penal.
Ayer, 14 años después, los jueces Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros condenaron a la pareja por la alteración de identidad, es decir, por haber inscripto al niño como hijo de Pedro, por eso el hombre también fue hallado culpable de la falsificación de la partida de nacimiento; pero no los hallaron culpables de la apropiación, lo que permite suponer que los jueces no arribaron a un grado de certeza respecto de si la pareja se robó al niño o si la madre se los entregó. Los fundamentos del fallo se conocerán el próximo martes.
Trasfondo
La historia es la de un niño que creció en un secreto a voces, que vivió en su inocencia todo lo que pasaba a su alrededor, a veces con dudas y otras veces con dolor, como el sacudón que significó, en 2010, la detención de aquellos que creía sus padres; y también es la historia de la adolescente que era Andrea Quevedo cuando dio a luz a un niño al que no ha vuelto a ver en 14 años.
«Fue muy injusto lo que hicieron conmigo, las cosas no tenían que ser así, yo quería a mi bebé? En ningún momento me dijeron que me iban a sacar al bebé? Nunca, jamás, estuve de acuerdo en darle mi bebé a esta gente, ella me lo negó y voy a luchar para que esté conmigo», dijo cuando pudo contar su historia ante el tribunal.
Andrea llegó a Buenos Aires siendo una adolescente, escapando del maltrato y la violencia a que era sometida por su madre en Córdoba. No sabía leer ni escribir y vivía en una situación de desamparo.
La historia que cuenta Pedro dice que la conoció en un boliche de Constitución, en un momento en que estaba atravesando una crisis de pareja con Claudia, que no supo en ese momento que era menor de edad y que unos meses después la adolescente le dijo que estaba esperando un hijo suyo.
Andrea niega haber tenido una relación con Pedro y asegura que fue la pareja quien se contactó con ella, que primero la alojaron en un hotel, después la llevaron a vivir con ellos a Basavilbaso y que luego del parto le robaron a su hijo.
Revinculación madre-hijo
Andrea lleva años tratando de reencontrarse con su hijo. El tribunal oral instó a generar mecanismos para restablecer el vínculo, tal como habían solicitado en los alegatos el fiscal José Ignacio Candioti y la delegada del Ministerio Pupilar, Noelia Quiroga, que representaba los derechos del niño en el proceso penal. El tribunal remitirá las actuaciones al Juzgado de Familia y Penal de Niños y Adolescentes de Concepción del Uruguay, a fin de generar las acciones para la revinculación del niño con su madre biológica. Se dispuso, además, la rectificación de la partida de nacimiento y Andrea Quevedo podrá solicitar, si lo quisiera, que el chico pase a tener su apellido. Sin embargo, el chico continuará viviendo con sus apropiadores en Basavilbaso.