El intendente de la localidad puntana de La Calera, Diego Lorenzetti, fue detenido en el marco de la investigación por el crimen de su esposa, minutos después de participar de una marcha para reclamar justicia.
Previo al arresto, un jockey brasileño que corría sus caballos había confesado su participación en el hecho.
El apresado fue identificado como Edivaldo Oliveira Pereira (37), alias «El Brasileño», quien reconoció su participación en el hecho en determinadas circunstancias que no se pueden revelar para no comprometer la investigación», informó la jueza penal Virginia Palacios.
La magistrada dijo que la confesión se registró durante su declaración indagatoria, y afirmó que «falta poco quizás para definir el tiempo, modo y lugar en los que se sucedieron los hechos».
Palacios aclaró en conferencia de prensa que «todas las hipótesis han sido investigadas» y agregó que «la que involucra al detenido, fue la más robustecida».
«También se investigó -aclaró- a partir de lo que el intendente instaló, cuando en una conferencia de prensa dijo que la punta del ovillo era él, afirmando que se trataba de una cuestión de índole política».
Oliveira Pereira fue indagado ante un abogado defensor y el fiscal, tras presentarse de forma espontánea en sede judicial, luego del secuestro de una moto que se produjo el lunes último en la madrugada, en un taller ubicado en la zona oeste de la ciudad.
El rodado coincidía con el utilizado en el ataque. Romina Aguilar, la esposa del intendente de La Calera, fue asesinada en 30 de enero último en la capital puntana.
El crimen de Aguilar fue cometido alrededor de las 6.40, en la puerta de la casa 1 de la manzana 78 del barrio FAECAP, en el norte de la ciudad de San Luis, donde la mujer residía junto a su esposo e hijos.
En momentos en que la mujer acababa de sacar su camioneta Renault Duster negra para viajar a La Calera, donde cursaba el final de la escuela secundaria a través del programa Plan de Inclusión Educativo (PIE), fue sorprendida por dos jóvenes armados que iban en moto.
Los agresores la tomaron de la ropa, la arrastraron unos diez metros por el suelo, le dispararon dos balazos calibre .45, y escaparon en el mismo rodado en el que llegaron y sin robar nada.