A partir de la implementación del sistema acusatorio (23 de septiembre de 2014) hasta el 7 de marzo de este año ingresaron 30.453 legajos a la Unidad Fiscal que es donde se reciben todas las denuncias de Paraná y Paraná Campaña. Desde ese especializado ámbito se señaló que 3100 fueron casos de violencia de género, es decir el 10,22%.
De estos 3100 casos, 2113 (68%) fueron derivados a la Unidad de Violencia de Género y 998 (32%) a los juzgados de Familia.
Actualmente, la Unidad de Violencia de Género tiene en trámite 721 legajos, de los cuales en 15 causas se ha pedido remisión a juicio, se han logrado 64 condenas en juicio abreviado (12 condenas de cumplimiento efectivo y 52 condicional) y 2 condenados por juicio común.
El agente fiscal Leandro Dato y Valeria Vilchez, fiscal auxiliar, de la Unidad de Violencia de Género y Abuso Sexual dialogaron sobre estas estadísticas.
Dato explicó que “la problemática puntual es definir qué es de índole penal y qué es familia, porque hay un abordaje de familia; es decir, no hay que llegar al golpe sino que la mujer que esté sometida o esté siendo maltratada puede acudir a la comisaría a hacer la denuncia y eso va al juzgado de familia y va a haber un abordaje específico”.
En cuanto a la atención que reciben las mujeres que acuden a realizar una denuncia, Dato comentó que “depende de cómo lleguen pueden ser atendidas por el médico, psicólogos, psiquiatras, se le da intervención a Atención a la víctima, a la Subsecretaría de la Mujer, y por supuesto, si lo ocurrido tiene consecuencias penales sobreviene la investigación correspondiente”. A esto agregó: “Supongamos que una mujer nos dice que hace diez años que está siendo víctima de violencia de género, en el momento no viene con una lesión específica pero la amenazó por quinta vez ‘te voy a prender fuego, te voy a matar’. No hay una cuestión penal, pero se pasa a familia porque ahí interviene el equipo interdisciplinario, los citan a los dos y hacen un informe de cómo siguen las cosas y debería haber un seguimiento de situación”.
MEDIDAS. Muchas veces se plantean medidas de restricción. “Si son convivientes la medida apunta a no perturbar y muchas veces producimos la exclusión del hogar de él y si son ex pareja o son convivientes el acercamiento al domicilio de ella, como así también a cualquier otro lugar donde esté: a cien metros, ya sean lugares públicos o privados”.
Dato indicó que “el incumplimiento de una medida judicial deviene en el delito de desobediencia judicial y ahí nosotros ya podemos abordar y tomamos como historia el expediente de familia; si tenemos las pruebas de la desobediencia judicial, lo acusamos y ahí empieza otro capítulo”.
Consultado el porcentaje de medidas que se incumplen, Dato indicó que “el nivel de reincidencia no es muy alto”.
Inmediatamente, Vilchez consideró que “hay un acatamiento de las medidas, pero por ahí no se da en los casos que terminan siendo más graves y que han terminado muchas veces en condena en la Unidad de Violencia”. Dijo que en los casos de desobediencia, “tratamos de hacer un seguimiento, es decir si luego de las medidas ha sido molestada la víctima, se trata de seguir para mantener un contacto con la víctima a los fines de evaluar si ha habido hostigamiento, que podría ser incumplimiento de esa orden de restricción”.
A modo de ejemplo, Dato comentó que “hace unos 40 días, un hombre estaba con prisión domiciliaria y viene la mujer con el celular con un mensaje de voz que decía ‘en cinco minutos estoy en Paraná V y armo un desastre’. Entonces pedí una nueva audiencia, le hice escuchar el audio al juez y se le dio prisión en la UP1”.
Dato aclaró que “si la denuncia habla de violencia anterior pero no tenemos un delito determinado en el momento, entonces no es que se archiva y no tiene ningún trámite sino que se tramita en el juzgado de familia, que son los encargados de gestionar la ley de violencia de género provincial”.
UNIDAD ESPECÍFICA. Sobre la Unidad de Violencia de Género, Dato consideró: “Me parece rescatable la decisión política criminal de la Procuración de perseguir y haber armado una Unidad específica de violencia de género, creo que ha tenido y tiene sus beneficios. Todo el equipo está muy concentrado en este tipo de casos y se empieza a trabajar con una perspectiva distinta de lo que venía ocurriendo, que no era que no se trabajaba sino que eran lesiones, amenazas, delitos que se tomaban muy dispersos en distintos juzgados”.
Vilchez manifestó que “la valoración de los riesgos procesales en un contexto de violencia de género pueden ser diferentes que la valoración de los riesgos procesales que habilite una prisión preventiva o domiciliaria en otros tipos de delitos”.
Para finalizar, Dato aseguró que “quedan cosas pendientes. Queremos tener más contacto con las oficinas estatales, tenemos que encontrarle la vuelta para estar más conectados y trabajar con la problemática. Hay muy buena gente en la Subsecretaría de la Municipalidad, de la Provincia, en la oficina de Atención a la Víctima, hay asistentes sociales, psicólogos muy jugados con esta cuestión en situación de contención permanente con la mujer, y queda mucho por hacer”.
Las comisarías
Dato y Vilchez coincidieron en rescatar el trabajo que realizan las comisarías. “Las comisarías son el principal lugar donde se realizan las denuncias, junto con Fiscalía, y llegan. Hay una falsa idea de que las denuncias en comisarías no llegan a la Justicia, a Fiscalía y eso no es así, llegan rápido y de hecho en los casos urgentes, al fiscal de turno se lo llama inmediatamente y se trabaja con las comisarías para que sea así”, remarcó Vilchez.
Es importante reforzar la confianza en las comisarías, que toman la denuncia y se ponen en contacto con el fiscal e inmediatamente la envían.
Desde que se inició este proceso no ha habido ningún caso de muerte de mujer que haya tenido una denuncia previa en comisarías, es decir el trabajo específico de la cuestión de violencia de género, el seguimiento de las causas hacen que estemos alertas. Pero no se descarta que pueda pasar, el que está decidido a matar, mata.
Fuente: El Diario