El espumante, francés, siempre frío y burbujeante, fue el compañero inseparable de Norberto Oyarbide (65) en la entrevista que le concedió a la revista Caras. Y el ex magistrado abrió su intimidad con varias confesiones.
«Si el señor Presidente bailó en casa de Gobierno el día en que fue elegido por todos nosotros, ¿por qué no voy a bailar yo? ¿A quién lastimo yo bailando? Podrán decirme que bailo bien o bailo mal, pero yo no ofendo a nadie. No estoy traficando estupefacientes, no estoy matando o golpeando, no hay violencia de género, tal vez un poquito de violencia para los ojos del que no le guste demasiado», se describió, y estalló en risas.
Mucho se habló del ingreso de Oyarbide al Bailando por un Sueño, luego de que regalara una contorneante coreografía en el Sindicato de Taxistas, video que se viralizó, causó furor y hasta tuvo su propio tutorial, de cómo copiarle los pasos. Y que él mismo replicó en el programa Desgeneradas.
-¿Qué opina del actual presidente como bailarín?
-Y, estoy en condiciones yo de ser su profesor.
-Tinelli habrá visto su video bailando, ¿no le ofreció ser un participante más del certamen?
-Lo mencionó, me dijo que le gustó y le resultó muy simpático. Todavía no me reuní.
-¿Aceptaría bailar?
-No, hay gente que lo hace estupendamente bien. Yo soy desenfadado y me parece que trasmito un poco de alegría.
-En esos sueños relegados por su función de juez, ¿le gustaría protagonizar una comedia musical?
-Me han propuesto algo para la temporada de Villa Carlos Paz. Un amigo, Darío Arellano, me dijo que va a realizar el espectáculo más caro y lujoso de Córdoba, y quiere que yo esté allí, porque su señoría canta y baila.
¿Oyarbide también canta? Sí, canta. Y no se achica: «No tengo vergüenza de subirme a un escenario y cantar».
Pero no sólo de baile y canto habló Oyarbide. También le abrió la puerta al casamiento (hace ocho años está en pareja con Claudio Blanco) y de su sueño de ser padre a través de la donación de esperma.
«La legislación del matrimonio igualitario es uno de los logros importantes del gobierno anterior», dijo de su relación actual. Aunque hace poco tiempo se reencontró con una mujer de nombre Daniela, con quien también estuvo a punto de pasar por el altar: «Aquel casamiento estaba conjugado, con departamento obsequiado por sus padres, fecha de bodas, invitados, salón. En aquel momento era secretario, debe haber sido en 1984», reveló.
«Tuvimos una relación bastante extensa, aunque se fue deteriorando y, cuando vi que venía el cierre final de campaña, no tuve los cojones suficientes para llevar adelante semejante responsabilidad», reconoció.
Con Daniela se reencontró allá por el 2007, y compartió un almuerzo que «fue muy significativo y marcó mi vida. Y Daniela, aparte de confesar un afecto indestructible hacia mi persona, me dijo: «Norberto, yo no quiero que mi cuerpo se pudra en la tierra, no me interesa el dinero, no voy a pedir que te cases conmigo, solamente necesito tu semen porque quiero tener un hijo tuyo» (se quiebra) Creo que nos merecemos tener un hijo. Y lo estamos analizando», cerró Oyarbide.