La escena que tuvo lugar ayer a la madrugada en el monasterio de General Rodríguez fue detallada por Cristian Ritondo , ministro de Seguridad bonaerense. Precisó que los policías «no ganan más de $ 18.000». El intento de coacción fue confirmado luego por Pablo Bressi, jefe de la policía bonaerense. La escena en el interior del monasterio se completa una vez que la coacción falla.
López, armado con una carabina Sig Saguer calibre 22, le grita a una monja de 94 años: «Me roban. Me quieren llevar preso. Yo robé para ayudar acá». El hombre que fue el número dos del ex ministro de Planificación Julio De Vido confesó que robó dinero, según el relato de una de las monjas que habitan el convento.
Todo comenzó con una llamada al 911. Un hombre armado, con bultos extraños, fue visto por un vecino cuando arrojaba bolsos y valijas por sobre un portón del Monasterio de Nuestra Señora de Fátima, en General Rodríguez.
El móvil 19.961 de la policía bonaerense estaba a tres cuadras del monasterio. Llegó en tres minutos. Cuatro minutos más tarde llegó el móvil 2054, de apoyo. En la puerta del convento, López arrojaba seis bolsos y una valija repletos de dinero, alhajas y relojes: dos Rolex, dos Omega, un Hamilton y un Tommy Hilfiger.

«Imagínense: madrugada, descampado, un sospechoso armado. Se genera un diálogo en el que los policías, en cierta forma, intentan ser coaccionados», relató Bressi.
La policía secuestró una camioneta Meriva radicada en Río Gallegos, bolsos, valijas con 160 bultos de dinero, muchos termosellados y con documentación de bancos nacionales y del extranjero. Documentación que da cuenta del origen del dinero en Pekín y Qatar, por nombrar sólo algunos de los destinos de la ruta de este dinero que la Justicia deberá investigar.
Pese al intento de soborno, López fue detenido y llevado a la comisaría primera de General Rodríguez. Y, más tarde, trasladado a una seccional de la policía de Moreno.
Estaba en «estado de shock», según informó Ritondo. Se le hicieron peritajes para determinar si estaba alcoholizado o bajo consumo de drogas, ya que al momento de detención estaba «loco», según el relato de una de las monjas.
En tanto, en el convento de las monjas orantes y penitentes de Nuestra Señora de Fátima, en el que viven sólo tres monjas de edad avanzada, trabajaron el grupo Halcón, la policía científica y los peritos de fraude tributario y lavado de activos.
Al lugar se llevaron dos máquinas de contar dinero que habrían arrojado una cifra no confirmada de más de US$ 8 millones.
En el monasterio, que era asiduamente visitado por López -quien administró unos US$ 90.000 millones en 12 años- y por otros funcionarios de la gestión anterior, no se encontraron bóvedas ni rastros de dinero escondido, dijo ayer Ritondo.
El lugar, que está en jurisdicción de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, ocupa un predio en la calle Mansilla, entre Batallón Norte y Comandante Gutiérrez, unos 50 kilómetros al oeste de la Capital Federal. Allí trabajó hasta altas horas de la noche la fiscal Alejandra Rodríguez.
El ministro de Seguridad bonaerense destacó el proceder de los policías que participaron del operativo. En especial, de los primeros que llegaron al convento a las tres de la madrugada: Pablo, Fernando, Corina y Alejandra.
«Dentro de la obscenidad de la noticia hay que destacar la labor de la policía de Buenos Aires. Así como a veces destacamos el accionar de los policías que hoy manchan la fuerza, hoy quiero destacar el accionar de estos policías que permitieron detener in fraganti al señor José López. Hicieron un operativo con una integridad moral importantísima», dijo el ministro. La gobernadora María Eugenia Vidal fue la encargada de notificar la noticia de la detención de López a Mauricio Macri.