Decenas de argentinos viajaron a la ciudad de Amsterdam para participar en las ceremonias que convertirán mañana a Guillermo de Orange y a Máxima Zorreguieta en los nuevos soberanos de ese país, a la que también asistirá una comitiva argentina liderada por Amado Boudou.
Según consignó la Agencia AFP, la presencia de compatriotas de la nueva reina consorte se muestra en las calles de la ciudad holandesa con un fervor similar al vivido tras la reciente elección del papa Francisco, otro compatriota, al frente de la Iglesia católica.
«Lo de Máxima es una maravilla para nosotros los argentinos, después del Papa. Esto es lo más», comentó Rosa Poggy, un ama de casa de 58 años, que viajó para la ocasión desde Buenos Aires.
Poggy llegó acompañada por su amiga Nora Morales, de 79 años, que por «nada del mundo» quería perderse el momento.
Aunque la actual princesa haya renunciado, al menos en los papeles, a su nacionalidad de origen, muchos argentinos sienten ahora el mismo orgullo que con la elección del cardenal Jorge Bergoglio, el papa Francisco, al frente del Vaticano.
La fascinación por la princesa se vive en cada rincón de Amsterdam y no es exclusiva de los argentinos: tazas, globos, muñecas, tortas, frascos de mermelada y hasta prendas íntimas con la foto de Guillermo-Alejandro y la futura reina consorte.
«Me hubiera gustado encontrar yo misma al príncipe. Las holandesas deben de estar furiosas, de entre todas las mujeres lindas que hay aquí, vino una argentina y se lo llevó», señaló una mujer de 40 años junto a sus tres hijas, que sólo quiso dar su nombre, Cecilia. «Es un cuento de hadas», añadió.