
“Es algo que nunca pensé que me podía llegar a pasar. Estaba profundamente dormida y me dice que le dé toda la plata. Me empieza a garrotear con algo que tenía en la mano y yo pienso que debe haber sido el cabo del cuchillo con el que atacó a mi hija después. Me revolcaba y no me dejaba siquiera dar una respuesta, no me podía incorporar. Encima justo ahora que me venía reponiendo de problemas de columna vertebral y una neumonía que padecí hace un año, me viene a pasar esto. No me mató gracias a que mi hija me lo sacó de encima”, reconoció la señora mayor en diálogo con EL DIARIO.
Ansiosa por descargar su historia junto con toda su impotencia, Belkys agregó que “ni siquiera me dejaba decirle que no tenía plata en la casa, que soy una jubilada que gana 4.000 pesos, que no soy adinerada”, se quejó.
CON LA VIEJA NO. Griselda, trabajadora de la salud, reconoce que fue oportuno despertarse ante lo que estaba ocurriendo. “Tenía un sueño muy profundo, e incluso al escuchar los gritos desde mi habitación, que me despertaron de repente, pensé que había sido una pesadilla, pero al ser consciente ya de que eran los gritos de mi madre, salté de la cama y corrí hasta su habitación. El tipo estaba sobre ella, golpeándola”.
“Eran poco más de las cinco de la mañana y cuando entro corriendo a la habitación de mi madre la veo a ella ensangrentada en el piso y a él que le pegaba con mucha saña. ¡Me volví loca!, lo saqué de un tirón y le pegué una trompada con tanta fuerza que me quebré la mano derecha. Como él tenía un cuchillo me empezó a tirar puntazos y yo los empecé a esquivar, me chuzaba para el lado de la cara y verás que me faltan varios pedacitos de piel donde me rozaba, hasta que pude sujetarle el cuchillo y me corté la mano izquierda”, contó, mientras demostraba con movimientos enérgicos cual si estuviera repitiendo la misma escena.
Fue un hecho en el cual admite que “ambas podríamos haber muerto, pero este tipo va a aprender que no tiene que meterse con mujeres y que lo peor que hizo en su vida fue tocar a mi vieja”.
MAL VECINO. “Es tremendo porque finalmente terminamos descubriendo que se trataba de un vecino de la misma cuadra, Brian Galeano, que tiene 19 años, vive en un departamento a media cuadra en la vereda del frente. Nadie de su familia se acercó para ver lo que nos había hecho. Dicen que es adicto y que nunca había hecho algo así, pero por comentarios de otros vecinos, parece que los tiene cansados”, contó.
Por lo que se pudo establecer, el sujeto entró furtivamente escalando el frente de la casa vecina y se metió por un ventanal, accediendo así al interior de la vivienda.
Pero la historia no terminó ahí, ya que, inteligentemente, Griselda intentó sacar al delincuente de la habitación de su madre y llevarlo a otro lugar, intentando ponerlo fuera de acción.
“Después que lo agarré a trompadas intentaba llevarlo hasta la cocina, le dije que le iba a dar la plata para que se fuera. Cuando estuve en la cocina ya pude tener mucha más lucidez para actuar, mezclado con algo de instinto de supervivencia y le dije que estaba algo descompuesta, que me dejara tomar agua. Mientras tanto, él, que seguía empuñando su cuchillo, me sostenía de atrás, colocándome el filo en la garganta. Mientras fingía estar descompuesta, me acerqué al lugar donde tengo la cuchilla de filetear y en un solo movimiento la saqué y se la enterré en la ingle. Fue ahí cuando él me quiso sacar la cuchilla y yo no la iba a soltar, así que cuando me la agarró se la saqué de la mano con tanta fuerza que creo que le corté los tendones de los dedos”, detalló.
Después de esto, asustado por sus heridas y sangrando profusamente, el delincuente quería salir de la casa a cualquier costo. Incluso rompió un vidrio de una puerta y dejó una zapatilla en la desesperada fuga.
En la vereda quedó el reguero de sangre que fue muy fácil de seguir por la Policía, la que no tardó en detenerlo, gracias al llamado de vecinos que habían escuchado los gritos de las dos mujeres.
“Un tipo que está drogado, como me quieren hacer creer, no tiene la capacidad de calcular cosas como la de sacarse la remera, después del hecho y ponérsela a un menor para endilgarle el delito. Por lo que sé lo tuvieron que llevar al quirófano y de ahí derechito a la Alcaidía”, relató Griselda.
Finalmente, Griselda Romero sentenció “esto no va a quedar así. Entró por una ventana y le pegó a dos mujeres. Habrá mujeres que soportan que les peguen, nosotras no. Como dice Pappo Napolitano, que no se atrevan a tocar a mi vieja. No digo que se tiene que hacer justicia, acá ¡se va a hacer justicia!”
“Hablo de justicia porque es un tipo que entró a una casa ilegalmente, robó, es claro que hubo un intento de homicidio, porque si yo no llegaba, a mi vieja, que tiene 80 años y está enferma, la mataba. Hubo violencia contra mujeres. ¿Qué más debe pedir un juez para encarcelar a un delincuente? Yo a esta causa la voy a seguir en lo penal hasta verlo preso”, remarcó.
En la misma zona
También ayer hirieron con un sacacorchos a un adolescente para arrebatarle la mochila. El menor llegaba a su domicilio junto con su padre y antes de ingresar fueron abordados por dos sujetos con los rostros cubiertos con cascos. El menor fue herido en el tórax, la cabeza y en una pierna.
El asalto ocurrió en calle Feliciano, entre Cura Álvarez y Presidente Perón, alrededor de la 1.30 de este jueves.
En el forcejeo, al menor víctima del hecho lo cortaron con un sacacorchos en la zona del tórax, en la cabeza y en una pierna. La víctima fue trasladada al hospital San Roque por su propio padre.
Al respecto, desde la Policía informaron que detuvieron a dos hombres en uno de los ingresos a la Villa 351. Uno de ellos tenía la ropa y manos manchadas con sangre y llevaba un sacacorchos. El fiscal Alejandro Cánepa dispuso el alojamiento en calidad de detenidos de los dos sospechosos de 23 y 24 años, y el secuestro de prendas de vestir, el elemento que habría sido utilizado para herir a la víctima, la moto y los cascos.
Mauricio Antematten para El Diario