Techos derrumbados, luminarias desechas, gimnasios inutilizados, columnas retorcidas, paredes caídas e innumerables daños quedaron como saldo de una tormenta que nadie esperaba. Lenta pero firmemente, los clubes paranaenses y de la región azotados por el temporal de la pasada semana comienzan a recuperarse de las consecuencias que dejó el vendaval de agua y viento.
En primer término, los funcionarios fueron recibidos por el presidente del Atlético Neuquén, Roberto Ayala, quién les hizo saber los daños importantes que se registraron en el club, por ejemplo con el derrumbe de un paredón que da a calle Del Barco Centenera, detrás de uno de los arcos y en la zona de vestuarios.
El recorrido continuó en el Club Atlético Peñarol, donde el protesorero Alberto Heredia comentó los perjuicios que dejó la tormenta. La institución del barrio “Pirola” sufrió el destrucción del paredón lindante con calle Durán.
Por último, Carlos Galván, vicepresidente de Sportivo Urquiza, comentó los deterioros que padeció el club con la voladora de techos y ventanales en el gimnasio cerrado y la caída de una pared sobre calle República de Líbano.
“Recorrimos algunos de los clubes afectados por el temporal y vamos a trabajar con las respectivas dirigencias para apoyarlos en la reconstrucción de sus instalaciones. Son instituciones que no forman parte de ninguno de los programas de la Secretaría de Deportes, por lo que no reciben apoyo económico alguno. Hay que poner el pecho y a eso estamos acostumbrados”, expresó José Gómez.
La lucha de los clubes para la reconstrucción continuará por días y meses, pero el objetivo de volver a ser lo que se fueron está latente porque los une el mismo sentimiento por el deporte.