Ayer, en horas de la tardecita paranaense, la Selección Argentina Juvenil que logró el título en Canadá llegó a la capital entrerriana donde la esperaba un gran número de personas para ponerle broche de oro a la historia que ellos mismos escribieron en Whitehorse. No faltó nadie, estuvieron todos presentes para ponerle calor a la fría jornada que marcó el regreso de los Invencibles.
A veces es complicado describir situaciones de este tipo porque cuesta comenzar el relato sin que algunos detalles se pasen por alto pero es importante decir que hubo de todo: bombas de estruendo, emoción, jolgorio, alegría y sobre todas las cosas hubo mucho, pero mucho orgullo.
Paraná se vistió de celeste y blanco durante el trayecto del seleccionado juvenil que volvió a hacer historia, esta vez fuera de casa pero cerca, bien cerca de los suyos.
Abrazos, lágrimas y un momento que jamás podrán olvidar, aunque es importante destacar que no fue más que lo que merecen por haber cumplido con el sueño de muchos.
Albicelestes bicampeones, bienvenidos a la capital nacional del softbol que un día los vio partir sintiendo que el regreso iba a ser uno de más de los tantos. Es reconfortante saber que sus corazones si hicieron un poco más grandes ayer por el amor de la gente.
QUE LO DIGAN ELLOS. Más allá de todo lo que puede decirse, nada queda mejor que la palabra de los protagonistas. Al término del cálido recibimiento pero aún rodeados de seguidores, Gonzalo Masmú charló con EL DIARIO. El paranaense se convirtió en una pieza clave del equipo con cuatro cuadrangulares, todos ellos ante Japón: “Siempre es importante acompañar al equipo, intenté ayudar al equipo y sacarlo adelante cuando pude. Es todo muy emocionante”, a lo que agregó: “Demostramos que fuimos superiores y eso es increíble”. Por otra parte se refirió al recibimiento y destacó: “No lo esperábamos ver tanta gente felicitándonos y saludándonos, esto es único”.
Matías Zapata por su parte contó: “Gracias a todos por el apoyo, esto es único y muy emocionante”. En tanto luego el paranaense manifestó: “Es una mezcla de emociones, una felicidad muy grande y mucho agradecimiento también”.
Por último, Huemul Mata declaró: “Estoy muy sorprendido, este recibimiento fue muy hermoso y estoy muy contento”, a lo que añadió: “Esto fue posible gracias al apoyo de todo, no podemos dejar de agradecer por el acompañamiento y el aguante”.
Reconocimiento en la Municipalidad
Luego de haber descendido de la autobomba, y tras los festejos con familiares y amigos, los chicos fueron recibidos por la Intendenta de Paraná Blanca Osuna y funcionarios municipales y provinciales.
La mandataria de la ciudad felicitó a los bicampeones y manifestó: “Es un gran orgullo, quiero darles la bienvenida con toda la alegría de quienes no los conocen y quienes se preguntan qué es este deporte que se centra tan fuerte en Paraná”, y añadió: “Quiero felicitar a todos, en especial a los que transpiraron la camiseta y demostraron la excelencia argentina de este deporte”.
Los jugadores recibieron presentes y diplomas por parte de Osuna, quien estuvo acompañada por Luís González, Mariano Kohan y Hugo Grassi.
OPINIÓN
Merecen esto y más
V.D.
Intenté apartarme de la masa de gente, mirarlo desde afuera como para tener un panorama más amplio. Opté por preguntarle a los más antiguos de la disciplina si recordaban algo de estas magnitudes y la respuesta fue contundente: no.
Nunca el softbol vivió algo así. Jamás jugadores de estas disciplinas se subieron a un coche bomba para recorrer la ciudad al grito de “dale campeón”, y todo eso pasaba delante de nuestros ojos. Testigo un poco por la obligación de cumplir con el trabajo y otro poco por ese amor incondicional al deporte.
La inmensidad del festejo fue escalofriante, no hubo uno que no se pasara la mano por su rostro para secar alguna que otra lágrima, ni siquiera yo. Me tomo el atrevimiento de sentirme parte de la gran alegría, después de todo quienes pasaban por al lado mío agradecían mi presencia allí y el trabajo realizado durante todo este tiempo.
Ya sin estar tan alejada, más bien queriendo meterme entre la gente para abrazar a esos chicos, me dejé llevar por la emoción que todos invitaban a sentir. Y me puse a pensar lo importante que es para un grupo de soñadores cumplir con la meta, pero no solo eso sino también hacer feliz a quienes los rodean. No es fácil, cuesta mucho pero hoy, esos 17 guerreros que lucharon en campo de batalla ajeno y salieron vencedores, se meten en la historia grande la ciudad y del país.
Aún estoy un poco aturdida por el sonido de la sirena, por el sinfín de gritos y aplausos que coparon la puerta principal de la Municipalidad de Paraná. Aún permanece en mi rostro esa sonrisa dibujada luego de ver a los chicos arriba del camión, recorriendo la ciudad que los festejó, los acompañó y los reconoció como lo que son: bicampeones del mundo.
No sé si en algún momento dejaré de emocionarme con lo que me tocó cubrir ayer, lo más seguro es que no. Tampoco quiero hacerlo porque es importante para mi tener presente que los sueños no importa lo difíciles que sean, siempre se cumplen.
Invencibles increíblemente gigantes, el mundo del softbol les agradeció con el recibimiento más importante que jamás hayan visto…¡Salud bicampeones! El mundo es de ustedes (y por suerte también de todos)
Fuente: Victoria Demichelis- El Diario