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Boca empató con la U de Chile y de nuevo es finalista de la Libertadores.

 

 

 

 

 

 

Boca se clasificó finalista de la Copa Libertadores de América al empatar sin goles ante la Universidad de Chile el partido desquite que se desarrolló en el Estadio Nacional, en Santiago.

El equipo de Julio Falcioni obtuvo el boleto porque ganó el cotejo de ida 2-0 en la Bombonera.

El miércoles próximo Boca será anfitrión del primer chico ante el Corinthians, que el miércoles eliminó al Santos aunque el presidente de Boca, Daniel Angelisi admitió que «muy probablemente, si se mantiene el paro y movilización del miércoles próximo, el partido sera reprogramado para otro día».

El encuentro decisivo se realizará el miércoles 4 de julio, en el Morumbí, en San Pablo.

Para Boca Juniors será la décima final de su historia (ganó seis, la última en 2007, y perdió las tres restantes); Corinthians, en cambio, llega a esta instancia por primera vez.

La magia de Riquelme, siempre Riquelme, le permitió a Boca llevar peligro concreto hasta el arco de Herrera. Fueron tres ocasiones clarísimas en los primeros 25 minutos de partido.

La primera, a los 9m, del propio Román, cuando tomó de volea un centro enviado desde la izquierda por Mouche y su remate se estrelló de lleno en el travesaño. El ruido de la pelota contra el palo ahogó el grito de Boca, pero también silenció al estadio.

Las dos restantes arrancaron de dos asistencias espléndidas del capitán y terminaron en un doble desperdicio de Mouche, no el crack del desborde y centro sino el centrodelantero obnubilado: al olvidarse la pelota entrando solo al área, en primera instancia, y definiendo al cuerpo de Herrera en un mano a mano posterior.

La Universidad de Chile respondió con cierta intensidad, algo de vértigo en el traslado y la transición en el mediocampo, pero su única opción para abrir el marcador fue de pelota parada: dos centros con cabezazos que Agustín Orión despejó al corner.

Porque le faltó profundidad, más allá de la buena tarea de Marino en el armado; y porque, en su búsqueda ofensiva (su naturaleza como equipo, hoy también la necesidad), terminó dejando huecos por los que Boca le mostró los dientes y lo llevaron al desorden.

El local salió con mayor decisión en la etapa inicial y se acercó a Orión con dos remates de Marino (uno desde afuera del área, otro cerca del punto del penal), ambos contenidos por el arquero. Y a los 8m tuvo la más clara, con un tiro libre de Díaz que, como antes el disparo de Riquelme, se estrelló en el mismo travesaño.

Como los boxeadores que se recuestan cómodamente en la espera al comprobar que los golpes del rival no le hacen daño, Boca mantuvo la tranquilidad y respondió de contra: Mouche, otra vez cara a cara con Herrera, se perdió una nueva ocasión para el primer gol.

Así se armó definitivamente el partido: la «U» ganó posesión, buscó más pacientemente los espacios y se hizo más punzante en el ataque (Orión debió esforzarse para sacar un remate lejano de Díaz), pero sus hombres del fondo además de escasos fueron imprecisos y Boca se convirtió, ya sí, en el tigre al acecho.

Pasó algunos sustos, dos o tres minutos en que la «U» fue ese «equipo insoportable» que pretende su DT, pero no más que eso: las piernas de Schiavi, la espalda de Roncaglia, las manos de Orión y hasta otra vez el travesaño, a los 35m, se sucedieron en la tarea del rebote o el despeje, como ladrillos de una pared impasable.

Hacia el otro lado se apagó Riquelme y salió Mouche (Cvitanich apenas participó), pero no hizo falta más. Será, lo dicho, la décima final de Boca en la historia de la Copa Libertadores (ganó seis, perdió las tres restantes). Lo espera Corinthians de Brasil, que llegó a la definición por primera vez.

Detalle no menor, para este equipo que busca recuperar la gloria en la base sólida de su oficio y su experiencia.
Síntesis:

 Universidad de Chile: Johny Herrera; Matías Rodríguez, Osvaldo González, José Rojas y Eugenio Mena; Charles Aranguiz, Marcelo Díaz y Guillermo Marino; Junior Fernandes, Angelo Henríquez y Francisco Castro. DT: Jorge Sampaoli.

Boca Juniors: Agustín Orión; Facundo Roncaglia, Rolando Schiavi, Matías Caruzzo y Clemente Rodríguez; Pablo Ledesma, Leandro Somoza y Walter Erviti; Juan Roman Riquelme; Pablo Mouche y Santiago Silva. DT: Julio César Falcioni.

Cambios: en el segundo tiempo, antes de comenzar, Sebastián Ubilla por Castro (UCh), 15m Paulo Magalhaes por González (UCh), 27m Raúl Ruidíaz por Fernandes (UCh), 30m Darío Cvitanich por Mouche (B), 38m Lucas Viatri por Silva (B) y 46m Diego Rivero por Ledesma (B).

Amonestados: Rojas y Herrera (UCh), Silva, Schiavi, Riquelme y Roncaglia (B).

Arbitro: Darío Ubraco (Uruguay). Estadio: Nacional, de Santiago de Chile.

 

Fuente: Play Fútbol.