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Corea del Norte entró en «estado de guerra» con Corea del Sur.

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Todas las instituciones del Gobierno, incluido el partido gobernante, tratarán desde ahora todas las cuestiones entre los dos países de acuerdo con el «protocolo de guerra», señaló un comunicado oficial emitido hoy por Pyongyang.

Por el momento, no se informó sobre una posible orden de ataque. Las Fuerzas Armadas norcoreanas esperan nuevas órdenes del líder norcoreano, Kim Jong-un.

Según los medios estatales, la «decisión importante» de Kim es un ultimátum a las fuerzas enemigas.

En tanto el gobierno surcoreano reaccionó con cautela a la última declaración, a través de un comunicado oficial y consideró que no supone «una nueva amenaza real».

Seúl consideró que la nueva declaración sigue a una serie de recientes amenazas, como el anuncio de disposición de las tropas para el combate de hace unos días.

El Ministerio de Defensa de Seúl advirtió, no obstante, al vecino del norte contra provocaciones militares y aseguró que Corea del Sur responderá con dureza.

Sin embargo no se reconocieron signos de una provocación inminente directa, se dijo en círculos militares. Ayer, desde Seúl se registraron movimientos de vehículos y soldados en las bases misilísticas del país vecino.

Ambos países se encuentran formalmente en estado de guerra desde el fin de la Guerra de Corea, que se extendió entre 1950 y 1953. Hasta ahora nunca se firmó un acuerdo de paz.

En Pyongyang, se sostuvo que quedó atrás la situación en la que en la península coreana no había ni guerra ni paz. Cada provocación en la cercanía de la frontera terrestre y marítima con Corea del Sur desembocará en un «conflicto amplio y en una guerra atómica».

También se reforzaron otra vez las amenazas directas contra Estados Unidos, apuntando las fuerzas militares norcoreanas a las bases del Pacífico.

Las tensiones en la península aumentaron claramente con la tercera prueba atómica norcoreana de febrero. El Consejo de Seguridad de la ONU amplió entonces las sanciones contra Pyongyang.

Ayer, según los medios estatales norcoreanos, Kim ordenó preparar los misiles estratégicos para ataques contra Estados Unidos y Corea del Sur.

De esta manera, Corea del Norte reaccionó a los vuelos de prueba que realizaron dos bombarderos invisibles estadounidenses sobre Corea del Sur. Corea del Norte acusó a ambos países de estar preparándose para una guerra atómica con los ejercicios militares que realizan anualmente.

A pesar de esta nueva amenaza, Corea del Norte dejó entrar hoy en su territorio a los viajeros surcoreanos, informó el Ministerio de Defensa en Seúl.

Día a día, salvo los domingos, cientos de surcoreanos ingresan al parque industrial común en la ciudad fronteriza norcoreana de Kaesong.

El complejo industrial es una importante fuente de ingreso de divisas para la empobrecida aunque fuertemente armada Corea del Norte.

Tras las amenazas, Rusia llamó a las partes a la «contención» y consideró la situación «muy tensa y peligrosa».

«Naturalmente que no nos es indiferente la tensión en nuestra frontera oriental», señaló el enviado especial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Grigori Logvinov, citado por la agencia de noticias DPA.

Estados Unidos y Corea del Sur reaccionaron sin embargo de forma equilibrada y por eso la situación no se hizo irreversible, señaló Logvinov.

«Esperamos que todas las partes ejerzan la máxima contención y responsabilidad y que nadie cruce la línea roja».

También el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, advirtió de una escalada de la crisis. «Aunque las imágenes y el tono de Corea del Norte parezcan de otro tiempo, todo esto constituye un serio peligro para la paz en toda la región», escribió en un comentario que publicó hoy el diario Bild.

Junto con sus socios, señaló, se está trabajando para lograr que Pyongyang dé su brazo a torcer y ponga fin a su programa de armas nucleares.

 

Fuente: Telam