«Pienso que es eso es un enorme desafío para las estructuras de los gobiernos y para las corporaciones empresariales que, si bien han trabajado duro, deberán hacerlo con una mayor generosidad y una visión quizás más abarcativa del desafío y menos centrada en el resultado parcial o sectorial del intercambio. Lo que planteó la Presidenta y aceptó Dilma tiene el poder para transformar la vida de millones de argentinos», afirmó el gobernador.
Durante sus exposiciones ante los empresarios presentes las presidentas realizaron un enérgico llamado a la integración para afrontar el reto que plantea la crisis internacional. Cristina Fernández de Kirchner reafirmó que la Argentina pagará los compromisos de la deuda externa «porque les vamos a hacer honor como corresponde a un país que recuperó su autoestima».
«Con la última apertura del canje llegamos el 93 por ciento de aceptación de la deuda, hemos pagado con fondos propios puntualmente desde 2005 sin acceder al mercado de capitales y lo vamos a seguir haciendo porque vamos a hacer honor a nuestros compromisos», señaló Cristina.
Además, la jefa de Estado sostuvo que la Argentina constituye el «contramodelo» respecto a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, y que, por esa razón «nos quieren castigar. Los países desarrollados intentan trasladarnos las crisis con políticas de expansión monetaria», señaló.
Resaltó finalmente que “tenemos que ser inteligentes y rápidos», ya que «los tiempos urgen y la historia no nos va a perdonar si nos demoramos”, afirmó en coincidencia con las palabras de Rousseff. En ese sentido, la jefa de Estado pidió un «esfuerzo» conjunto a funcionarios y empresarios para concretar mecanismos que ayuden a mejorar las relaciones”.