En las denuncias, dos jóvenes ya mayores de edad, hicieron constar de la perversidad del sacerdote para abusarlos en su habitación parroquial, como así también en el vehículo con el cual viajaba a Paraná y otras localidades. A su vez, el fiscal dispuso medidas restrictivas para el cura, para que no tenga ningún tipo de contacto con las víctimas ni su entorno familiar. En los últimos días, uno de ellos no dejó nunca de recibir mensajes de texto a su celular, de parte del sacerdote y con el contenido más diverso.
No más de una hora estuvo el cura Juan Diego Escobar Gaviria ante la justicia de Nogoyá. Acompañado de sus abogados Milton Urrutia y Juan Pablo Temón, el ex párroco de Lucas González llegó a las 10 en punto al edificio de tribunales. De pantalón claro y camisa blanca, se sentó frente al fiscal Federico Uriburu y escuchó, cabeza gacha, las nuevas imputaciones de «corrupción de menores agravada por ser guardador del menor» -por el primer caso- y «abuso sexual simple, cometido por un ministro de culto» por la otra denuncia.
La audiencia de imputación duró media hora y luego se trasladaron hasta el despacho del juez de Garantías y Ejecución, Gustavo Acosta, para acordar las imposiciones restrictivas propuestas por el fiscal Uriburu. Este último exigió que el cura comparezca tres veces por semana a la Comisaría de Oro Verde (lunes, miércoles y viernes). Lo deberá hacer durante 20 días y después de eso se hará otra audiencia para analizar otras medidas. La justicia le impuso también la absoluta prohibición de salida de la localidad de Oro Verde y que no tenga ningún tipo de contacto con las víctimas denunciantes, ni con el grupo familiar, ya sea por teléfono o internet. Cabe recordar que la primera de estas víctimas había revelado el cura le seguía enviando mensajes de texto por el celular, para continuar una supuesta relación «de amistad».
Lo única vez que habló el cura colombiano fue para solicitarle al juez Acosta la correspondiente autorización para concurrir próximamente a Paraná, para tratarse un tema cardiológico, en función de una dolencia que arrastra. Anoche pudo saberse que el sacerdote tuvo una descompensación y tuvo que ser derivado a un centro de salud de Oro Verde.
En tanto, el juez le comunicó además que se pedirá una pericia psiquiátrica por este tipo de delitos, tal como sucediera con el cura abusador Justo Ilarraz.
A su vez, se decidió que el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puíggari, continuará como «garante» del cumplimiento de medidas a seguir por el religioso denunciado. El alto prelado deberá informar dos veces por semana a la justicia de las actividades del cura. (Analisis)