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El día que la barranca se tiñó de verde turquesa.

Una de las barrancas del parque, la que se levanta a la altura de la rotonda del Puerto Nuevo, se ha convertido en un paisaje extraño. Un color verde turquesa de reflejos fosforescentes cubre la geografía característica. Es imposible que el fuerte contraste con los marrones del río, el verde vegetal y el lila de los jacarandáes pase desapercibido para el ojo humano.

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El fenómeno tiene una explicación. Se trata de un trabajo de control de la erosión superficial y restauración paisajística que allí realiza la empresa cordobesa Hidrocésped. La firma fue contratada por el Municipio en el marco de la recuperación de ese bello desnivel que desciende desde el Patito Sirirí. Esta intervención específica surge de la necesidad de afirmar la tierra externa de lo que en un futuro podrá utilizarse como un anfiteatro natural frente al Paraná y a los eventuales escenarios que se armen sobre la superficie circular que deriva el tránsito vehicular.
Lo aplicado sobre el plano inclinado es una mezcla compuesta por fibras, semillas, pegamentos orgánicos y sintéticos. Una vez que se seca, el producto agregado forma una malla resistente que se adhiere con fijeza al terreno. La función que cumple la capa es “evitar que el impacto de la lluvia se produzca directamente sobre el suelo y que la tierra no se desgrane. A su vez, tiene agentes retenedores de agua que permite hacer germinar las semillas” indicó a EL DIARIO el titular de la empresa cordobesa, Gerardo Re.
Las semillas esparcidas en la materia, primero acuosa y luego sólida, son de especies cespitosas y leguminosas. “Buscamos variedades que se adapten a los distintos espacios verdes para que forme parte de las pasturas de cada lugar. En este caso, son rastreras con estolones y rizomas, es decir, las guías que se ven por fuera y las que están por debajo del suelo” describió Re.
Según los cálculos de los ingenieros agrónomos no son necesarios más que cinco días para que las semillas germinen bajo este sistema denominado “hidrosiembra”. Siguiendo los mismos parámetros, en el plazo de un mes se podría apreciar la pradera.
FOSFORESCENCIA. El color exótico que hoy cubre la barranca se irá destiñendo como la ropa al sol. Si no está nublado, el llamativo fosforescente no durará más de una semana.
La pregnancia de la tintura tiene dos objetivos. Por un lado, “demarcar la obra y señalar dónde se trabajó para evitar pisar en esos lugares” explicó el titular de la empresa con domicilio en Río Segundo. A su vez, señaló que “sirve para ir controlando la densidad de siembra”.
En otro orden, no es bueno que llueva durante la aplicación del producto. “Estamos trabajando contra reloj” afirmó Re al respecto. En caso de producirse el fenómeno climático están previstos algunos paliativos. De todos modos, si se forman surcos de agua se daña parte de lo ya realizado. De llover, lo que sería inevitable es la demora en la conclusión del trabajo.
APUNTALAMIENTO. Mientras los cordobeses hidrosiembran la barranca paranaense, continúan los trabajos de apuntalamiento que se vienen ejecutando en el lugar. Así es que los obreros de la construcción, levantan muros de contención y hacen veredas al tiempo que no dejan de mirar con curiosidad la aplicación de la tintura sobre el terreno.
PRIMERA VEZ. Hasta el momento, en Paraná no se había realizado este tipo de trabajo. Sí en otros lugares de Entre Ríos. La misma empresa trabajó contra la erosión en taludes de la ruta 14 a la altura de Colón.

HidrosiembraLa técnica que se aplica en estos días sobre la superficie barrancosa se conoce como hidrosiembra. Habitualmente es utilizada en jardinería y restauración ambiental y consiste en el riego de una mezcla acuosa de semillas, fertilizantes y sustancias adherentes. De este modo, la germinación se produce en mayor grado y más rápidamente que en los tiempos naturales. Esto permite asegurar el suelo superficial de fácil desplazamiento.

 

Fuente: El Diario.