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El espacio que faltaba, en diálogo con la historia.

o_1369046260La casona de calle Carbó y 9 de Julio, con origen de construcción allá por mediados del siglo XIX, fue alguna vez y entonces un límite urbano de la ciudad. Después de allí, casi no había nada; más allá, el ferrocarril. Esa casa de dos plantas, techos altísimos, imponentes aberturas de madera, escaleras de mármol y paredes pintadas en inhallable esténcil con motivos de colores, fue a su vez, negocio de ramos generales y vivienda de la familia Solari. Fue también recuerdo en ruinas, antes de que el arquitecto Luis Félix Enría, a principios de los 80, consiguiera que el Estado provincial adquiriera el inmueble y lo declarara de interés público.
En 1991 comenzó a funcionar allí el Centro de Artesanos de Paraná y la Casa de la Cultura logró un movimiento más intenso. Sin embargo, con el tiempo y el deterioro de la edificación, se fueron menguando las posibilidades del espacio en la recepción de actividades y de público.
Fue justamente con el propósito de recuperar el edificio histórico y a su vez dotar el lugar de nuevas alternativas que el Ministerio de Cultura y Comunicación del Gobierno provincial planteó un plan de obras que ahora se encuentra en su etapa final.
Hoy, a pocas semanas de la finalización de los trabajos, la Casa de la Cultura exhibe un aspecto totalmente renovado, con un cuidadoso tratamiento en la puesta en valor de la casa antigua y la moderna ampliación con ingreso sobre calle 9 de Julio, marcando a su vez un quiebre, por el amplio retiro de la nueva edificación con respecto a la línea de la casona original. El resultado es una combinación armoniosa que habilita un nuevo espacio para la ciudad con múltiples posibilidades.
RECORRIDO. El frente antiguo de la Casa de la Cultura ya luce su versión remozada, pintada a nuevo y con las aberturas originales recuperadas. Al ingreso, sin embargo, por calle Carbó, aún se ven las estructuras de madera instaladas para finalizar los trabajos de restauración en parte del cieloraso. Las habitaciones del primer y segundo piso ya están prácticamente finalizadas, con flamante piso de madera, las paredes pintadas y toda la instalación eléctrica a nuevo.
El patio tiene ahora un mayor despliegue, luego de la demolición de un par de cuartos derruidos, se ve el piso impecable y el viejo aljibe en el centro del espacio ahora cerrado en el flanco sur por la nueva edificación que combina un color natural y un verde musgo.
El arquitecto Rubén Castello, actual subsecretario de la Dirección de Arquitectura de la Provincia, fue el coordinador del proyecto desde el minuto cero.
“Elaboramos un programa en el cual se necesitaban espacios de administración, generar un salón de usos múltiples y poner en valor el edificio original. La obra es ampliación y puesta en valor”, describió en primer término y especificó que “la idea fuerza de partida fue que todo lo que ampliáramos se diferenciara en el lenguaje formal arquitectónico del edificio original”.
En esa dirección, Castello fue señalando las obras realizadas hasta llegar al resultado actual, con el trabajo prácticamente terminado, que contempla, 1.179,50 metros cuadrados de superficie cubierta y 1.872,15 metros cuadrados de superficie total.
La edificación nueva, comunicada por planta baja y también por el piso superior con el edificio original, consta de dos grupos sanitarios, con baños adaptado para personas con discapacidad, oficinas, depósito y dos salones de usos múltiples: uno de ellos está en planta baja, tiene capacidad para 125 personas, ingreso directo por calle 9 de Julio y un patio hacia el norte que le ofrece luminosidad y, al mismo tiempo, un espacio de encuentro y espera al aire libre. El otro salón de usos múltiples está en el tercer piso y permite reuniones artísticas hasta para 70 personas.
“Al hacer esta ampliación lo que hacemos es generar el ingreso general por la parte nueva. Los dos pisos de la casa original quedarían para exposiciones, muestra itinerantes. Y se generó una conexión, demoliendo dos muros. El ingreso principal, con una triple altura, vincula los tres niveles de la ampliación y los dos niveles altos del edificio original”, describió Castello.
El flamante ingreso por calle 9 de Julio, en marcado retiro con respecto a la línea de edificación antigua, exhibirá grandes paneles vidriados y columnas de material que subrayan el corte entre la casona y la ampliación, aunque ambas construcciones entran en diálogo desde el interior y en su sentido.
Hay, además, un gran número de detalles pensado específicamente, por un lado, para restaurar el aspecto de la casa original y, por el otro, para brindarle la mayor funcionalidad al espacio. La nueva edificación tiene, entre otras, cosas, una habitación que da al patio y funcionará como bufete y cuenta, además, con la posibilidad de aprovechar el espacio abierto para actividades artísticas, tanto que se planteó sobre una de las esquinas del patio una explanada a un nivel superior, que bien puede funcionar como escenario llegada la ocasión.
En cuanto a los detalles del edificio antiguo, son numerosos: desde la prolija restauración del cieloraso de todas las habitaciones, pasando por las tradicionales cenefas de madera que recubren el borde de las canaletas, hasta la conservación en su estado natural de las paredes de la última habitación, donde se ven las figuras originales que vestían las paredes e incluso el piso original.
Con un plan de obra que ya alcanza los 20 meses de ejecución, a cargo de la empresa Szczech & Szczech y con una inversión del orden de los 7,3 millones de pesos, la Casa de la Cultura está a pocas semanas de reabrir sus puertas para constituirse en el espacio que le estaba faltando a la ciudad, para amplificar el desarrollo de las múltiples actividades que los artistas entrerrianos realizan y que precisan de lugares propicios y confortables para llegar a la mayor cantidad de público posible.

DATOS CLAVES
* La obra en la Casa de la Cultura contempló, esencialmente, dos aspectos centrales: la restauración de la casona original y la ampliación del espacio con un nuevo edificio con ingreso por calle 9 de Julio.
* La construcción antigua y la ampliación se comunican tanto por planta baja como por el piso superior.
* La edificación antigua fue restaurada prácticamente en su totalidad y sus amplísimas habitaciones serán utilizadas como salas de muestra y exposición.
* Dos salones de usos múltiples, oficinas, depósitos, un ascensor y dos grupos sanitarios integran la ampliación.
* La obra demandó unos 20 meses y demandó una inversión de unos 7.3 millones de pesos.

“Cubrir la demanda de espacios culturales”
“Estamos atendiendo los últimos detalles de esta obra, que es compleja, integral y que está en su tramo final. Restan sólo algunas terminaciones y concluir con la instalación del equipamiento, lo que llevará algunas semanas, pero no más que eso”, comentó el ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, consultado por EL DIARIO acerca de la remodelación de la Casa de la Cultura.
El funcionario indicó que aún no está definida la fecha en la que se realizará la inauguración. “Habíamos pensado en el 25 de Mayo, pero el clima no nos permite garantizar que esté todo listo para ese día, de manera que seguramente la inauguración será en el mes de junio”, explicó Báez.
En la remodelación integral y restauración del histórico edificio que alberga la Casa de la Cultura, el Gobierno entrerriano invirtió 7,3 millones de pesos. “El inmenso e inédito volumen de obra pública que transformó nuestra provincia gracias al trabajo codo a codo entre Nación y provincia también llegó a la cultura. Está obra, que realmente nos enorgullece por su calidad arquitectónica y por el impacto que significará para la ciudad, es prueba de ello. Sin pausa, vamos recuperando patrimonio y poniendo en valor todos los espacios disponibles en la provincia para que puedan disfrutarlos los entrerrianos y también para que se sumen a los atractivos turísticos que tenemos para ofrecer”, señaló el ministro.
“Con locales, escenarios alternativos, un auditorio, el patio y un salón de usos múltiples, entre otros espacios de distintas dimensiones y capacidades, la nueva Casa de la Cultura ayudará a cubrir la demanda de espacios culturales que siempre existe en nuestras comunidades. Sabemos que hay expectativa entre los trabajadores de la cultura, muchos de los cuales ya se han acercado a consultar, y esperamos que pronto todos podamos estar allí compartiendo momentos de disfrute, de aprendizaje, de debate, de intercambio. En definitiva, que puedan simbolizarse allí la inclusión, la memoria, la diversidad, la identidad y tantos otros valores que caracterizan al proyecto de país y de provincia de este maravilloso presente”, finalizó Báez.

 

Fuente: El Diario.