Con el objetivo de contener la inflación, el secretario de Comercio Interior está analizando prorrogar al menos hasta mayo el acuerdo de precios firmado con los hipermercados, supermercados chinos, almacenes y cadenas de electrodomésticos.
Para alcanzarlo, Moreno pretende, además, acordar con todas las empresas proveedoras de insumos de bienes de consumo masivo con dominio sobre los diferentes mercados. El propósito final sería sellar un gran acuerdo nacional de precios, con todos los actores involucrados, publica el diario Ámbito Financiero.
Hasta ahora, según el reporte emitido por sus agentes, el congelamiento se está cumpliendo tal cual fue pactado y los problemas con el abastecimiento estarían solucionándose.
Las compañías afirman que las alzas de precios se deben, en parte, a los acuerdos de aumentos de sueldos que resultan de las paritarias y que inevitablemente terminan incidiendo en los costos y trasladados al precio final.
Por eso sostienen que las recomposiciones de los haberes por encima del 20% terminarán afectando el valor de los productos a partir de mayo, período donde buena parte de los gremios ya habrán cerrado sus paritarias y el congelamiento sería difícil de sostener.
Por otro lado, fuentes oficiales señalaron al diario La Nación que el acuerdo de precios incluso podría extenderse hasta las legislativas de octubre, como una forma de contener la suba en los valores de los productos que se podrían registrar a causa de la campaña electoral.
En el kirchnerismo temen un desborde en los precios de los supermercados que termine de cristalizar la idea de que la inflación no puede ser morigerada, añadieron las fuentes al matutino.
Plan B
En el caso de que fracasen los intentos de Guillermo Moreno, el Gobierno analiza otra opción. Pero esta fórmula, pensada por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, implicaría más intervencionismo.
Sería el mismo mecanismo aplicado en el sector energético, que se basa en una intervención directa en el directorio de las empresas para luego determinar si es válida la petición de un aumento de tarifas.
La idea es más control sobre rubros clave como alimentos (aceites, harinas, enlatados, etc.), artículos de limpieza (jabones en polvo, detergentes, cremas limpiadoras), bebidas (gaseosas y cervezas) y productos de consumo masivo, donde no habría más de tres proveedores (en algunos casos, sólo uno) con dominio de más del 70% del mercado.
Fuente: Once