Marina Feulien comenzó hace 10 años con su emprendimiento. Por aquel entonces éste consistía en la venta de maní, girasol y garrapiñada en las canchas de fútbol. El año pasado, con el aporte de 2000 pesos, del Programa Microcréditos del Ministerio de Desarrollo Social, pudo comprar y anexar una pochoclera y una copera (para hacer copos de azúcar). Gracias a ésto Marina aumentó, gradualmente, la cantidad de clientes: escuelas, cooperadoras, sindicatos, etc, así que se decidió a ampliar aún más su emprendimiento y ahora ofrece un servicio integral, al que le ha sumado, también, dos peloteros, sala blanda y diferentes juegos infantiles, “entre ellos un metegol”, manifestó con alegría. Además, comentó que “es maravillosa la oportunidad que tenemos hoy de volver a tomar crédito con tranquilidad”.
Marina no sólo está trabajando en Paraná sino también en el interior de la provincia (Viale, Crespo, Aldea Brasilera, Villa Libertador San Martín, etc). “Por estos días, gracias al progreso y al esfuerzo de la familia, nos entregan un auto cero km que compramos, lo que es una alegría enorme porque será nuestra herramienta de trabajo y nos permitirá disminuir costos cuando tengamos que trasladarnos”, agregó emocionada.
“Hace poco recibí otro microcrédito del Ministerio, esta vez de 3500 pesos, y con ese dinero queremos pagar, aunque sea una parte, de otro pelotero más grande que se llama araña, porque los chicos se ponen un traje especial que les permite saltar y quedar pegados en las paredes. Es muy novedoso y lo deseamos porque los clientes son cada vez más exigentes y tenemos que cumplir con ellos”, explicó la joven emprendedora.
Ese “empujoncito” necesario
Marina se refirió a la labor del ministro Carlos Ramos y afirmó que es “una persona que está al pie del cañón. Nosotros no lo conocemos más que de los actos en los que se nos han entregado microcréditos o de facebook, a través del cual siempre le mando fotos de cómo vamos creciendo con los aportes del Ministerio. Para mí es una persona que está al pie del cañón de las necesidades de la gente. Todos necesitamos que nos den un empujoncito para arrancar y él nos lo ha dado, por lo que estaré eternamente agradecida”, enfatizó, e indicó que “hay que tener en cuenta que el Estado nos ayuda, pero está en cada uno de nosotros buscar la manera de administrarnos bien, de crecer, de trabajar, de salir adelante”.
Feulien hizo referencia al trabajo solidario y contó que se sentía muy feliz de ser parte de él. Mencionó lo hermoso que era para ella y su familia ver disfrutar a los chicos jugando al metegol, en el pelotero y comiendo pochoclos. Su emprendimiento la hace deleitarse de las pequeñas e importantes cosas que tiene la vida. “La dignidad que reconquisté a partir de mi propio trabajo hace que disfrute de cada momento con plenitud”, dijo.
