La información recopilada sobre el meteorito que el pasado 15 de febrero explotó en la atmósfera en la vertical de los Montes Urales, y que dejó un millar de heridos por la onda expansiva, permite a la ESA considerarlo ya el de mayor nivel registrado en más de un siglo.
Registros de vídeo indican una trayectoria noreste a suroeste con un ángulo pequeño de 30 grados sobre la horizontal. La velocidad de entrada se estima en alrededor de 18 kilómetros por segundo, es decir, más de 64.000 kilómetros por hora.
Según los cálculos de Peter Brown de la Universidad de Western Ontario, Canadá, a partir de las ondas sonoras extremadamente baja frecuencia detectadas por una red global, se ha estimado que el objeto medía unos 17 metros de ancho, con una masa de 7.000 a 10.000 toneladas cuando chocó con la atmósfera.
Explotó con una fuerza de cerca de 500 kilotones de TNT – unas 30 veces la energía liberada por la bomba atómica de Hiroshima – a alrededor de 15 o 20 kilómetros por encima del suelo.
Con el nivel actual de comprensión de los objetos cercanos a la Tierra, se espera que eventos de esta magnitud puedan producirse una vez en periodos que abarcan varias de decenas de años a 100 años.
La trayectoria, ubicación de la entrada en la atmósfera y el tiempo de separación entre los dos sucesos indican que el objeto de Rusia no estaba relacionado con el asteroide 2012 DA14.
Muchos medios de comunicación informaron de que una explosión en el aire causó la rotura de ventanas y algunos daños estructurales en el centro de la ciudad de Chelaybinsk. Normalmente, los daños comienza a ocurrir cuando la presión atmósférica aumenta cinco veces sobre la normal a nivel del mar. Un daño generalizado en ventanas puede producirse cuando se alcanza entre 10 y 20 veces ese valor.
A medida que la bola de fuego y explosión progresó a lo largo de una trayectoria poco profunda, la onda de choque cilíndrica se habría propagado directamente al suelo y habría sido intensa.
La parte terminal de la explosión probablemente ocurrió casi directamente sobre Chelyabinsk. Este fue quizás el factor más grande para el daño producido por la explosión.
Fuente: Once