El papa Francisco remarcó hoy el «peligro» que significa «una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto», e instaó a «abrir las puertas para salir».
El sumo pontífice presidió su primera misa de Pentecostés, celebrada en la plaza de San Pedro ante unas 150.000 personas, y se refirió a la crisis financiera internacional: «La economía existe para servir al hombre. Nos preocupamos de los bancos mientras la gente se muere de hambre».
Francisco llamó además a la «unidad» a través del Espíritu Santo, porque «solo él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad», y advirtió: «Cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división».
«El Espíritu Santo -sostuvo- nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo».