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El Pre Delta de Diamante cumplirá casi un año sin poder reabrir sus puertas

o_1464607888La lluvia de un solo día retrasa una semana los trabajos que desarrollan en el Parque Nacional Pre Delta de Diamante, una de las áreas naturales más visitadas del país. En diciembre, con la inundación, debieron cerrar sus puertas al público y aún no la pudieron abrir.

Estiman que les llevará tres meses más lograr la reapertura de por lo menos un sector.

Para quienes conocen el Pre Delta diamantino, aquella extensión de pasto con sus ondulaciones, frente al brazo del río, no existe más y ahora es todo barro. Se va a recuperar, de eso hay certezas, pero llevará un tiempo largo. Similar es lo que ocurrió con esos senderos que invitaban a caminar y a conocer. Limpiarlos también es parte de la tarea a resolver. A la inundación de finales de 2015 y principios de este año, se sumaron en febrero dos tormentas muy fuertes, las mismas que se sufrieron en Paraná y en sus alrededores.

Estas provocaron la caída de numerosos árboles típicos de la zona.

Fue el 23 de diciembre cuando el parte de prensa anunció: «A partir del 24 de diciembre de 2015, el Parque Nacional Pre Delta cierra sus puertas al visitante dada la creciente del río Paraná que está afectando la zona. Esta medida es tomada para garantizar la seguridad e integridad de las personas».

Desde entonces no ha podido recuperarse. Fue el 25 de ese mes cuando el río, a la altura del puerto de Diamante, registró 5,51 metros y superó el nivel de evacuación por primera vez en esa inundación, que quedará en la historia de la región. Para mostrar la diferencia, hoy se encuentra en 3,69 metros, pero entonces alcanzó los 6,33 el viernes 8 de enero, su máxima en el período.

«El río bajó ahora dos metros, pero llegó hasta el área de uso público. Fue una inundación muy larga, desde diciembre a mayo nos quedó todo el sector bajo agua», dijo Hernán Britos, intendente del Parque.

Esta semana, cuando empezó a hacer más calor y no llovió en la zona, comenzaron con la restauración de las pasarelas y senderos, como también de la playa de estacionamiento.

«La idea es que lo antes posible podamos reabrir el Parque para el turismo. Sabemos lo que significa para el corredor del Paraná y más al ser uno de los espacios naturales que está entre los 10 más visitados del país. Trabajamos sin parar», agregó.

En las últimas semanas, cuando comenzó a conocerse que el río se había ubicado en baja, muchos visitantes, sin saberlo, llegaron hasta los portones del Parque pero no pudieron ingresar.

Desde diciembre lo único que quedó fuera el agua fue el centro de visitantes que está construido para soportar una inundación por encima de los 7 metros.

«Todo lo demás, como la vivienda del baqueano, el galpón, el quincho que teníamos quedó con un metro de agua. Esa casa, por ejemplo, la tenemos que reconstruir entera porque quedó afectada en sus cimientos. Después en enero y febrero con esas tormentas se perjudicaron los senderos por los árboles caídos y más con el terreno blando. Ahora trabajamos también en la reconstrucción de los miradores», explicó Britos.

El camino de ingreso al parque tenía piedras con un buen mejorado que iniciaba una vez que terminaba el asfalto. De eso no quedó nada. Ahora analizan costos para volver a comprar esa grava e incorporarla en el camino.

«Comenzamos a reconstruir todo desde cero. De todos modos esto a nosotros nos favorece, no es algo que lo tomamos como perjudicial, sí desde el punto de vista del uso público, pero al ambiente le hace bien porque renueva las islas, las levanta y es algo que forma parte del sitio», dijo Britos, y agregó: «Acá lo más afectado es que la inundación dejó todos los sedimentos y los depositó en el Parque. Hay que esperar que sequen y empezar a sacarlos, liberar la playa de estacionamiento, descubrir las pasarelas, los senderos; no es mucha plata la que se necesita, sí las horas hombre para limpiar el barro y los camalotes».

Todavía es tan compleja la tarea que en estos días quisieron trabajar en un sector con un tractor, pero se empantanó. «Vamos a abrir el Parque lo antes posible, pero un solo día de lluvia es una semana como mínimo que nos quedamos parados. Ahora estamos en mejores condiciones. Si el tiempo acompaña podremos habilitar una parte, como para que se pueda recorrer algún sector, dentro de los próximos tres meses», remató.

Debieron intensificar la vigilancia. El Parque Nacional Pre Delta y El Palmar de Colón son las áreas naturales más convocantes del turismo en la provincia.

El espacio natural de Diamante es una de las 42 áreas en Argentina con categoría de conservación y es un referente turístico de la costa del Paraná. La cantidad de visitas creció con la pavimentación de la ruta de acceso. En 2008 contaban con no más de 3.500 personas al año y desde entonces, mientras se mantuvo abierto, superaron las 80.000.

En el Pre Delta de Diamante el ingreso es gratuito, hay excursiones que se pueden realizar con guías especializados, algunas son sin costo y otras se pagan aparte. Pero ahora, además del trabajo que deben realizar, tuvieron que intensificar los controles y las vigilancias. Cuando ocurren estas situaciones de inundación los animales buscan tierra firme y son blanco fácil para los cazadores. «Hacemos patrullas y mucho más ahora que cuando el río está normal. Es que la gente puede entrar por nuevos lugares que se forman. Lo que hacemos son recorridas nocturnas», contó Hernán Britos, intendente del Parque, y ayer, ya tenían preparada una salida que iba a durar hasta la madrugada. «Al haber tanta agua, algunos aprovechan y se meten», explicó.

Desde diciembre la playa de estacionamiento tuvo más de un metro de agua y en el camino antes del ingreso el río llegó hasta los 100 metros por lo menos. A la cartelería de los senderos lograron sacarlas a tiempo, pero ahora las islas están peladas por tanto tiempo bajo agua. «Igual es algo que se recupera de manera rápida», dijo Britos por conocedor y expectante. (Uno)