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Envían la causa contra Ilarraz a la Corte Suprema

05La causa que investiga los abusos cometidos por el cura Justo José Ilarraz cuando fue prefecto de disciplina en el Seminario de Paraná, entre 1985 y 1993, volvió a tener un freno.

Después de estar cinco meses parada por falta de un tribunal que resuelva la apelación al procesamiento dictado, en julio, por la jueza Susana María Paola Firpo, titular del Juzgado de Transición Nº 2, ahora ocurrió otro traspié, según publica El Diario.
El 16 de diciembre último quedó conformado el tribunal que debía resolver la apelación planteada por el defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, en la causa «Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada». Ese tribunal lo conformaron los jueces Pablo Vírgala, Daniel Malatesta y Gustavo Maldonado.

Llegó luego la feria de enero, y cuando se retomó la actividad en Tribunales, el tribunal lo que hizo fue fijar fecha para tratar esa apelación: el 22 de marzo. En medio, ocurrió lo que nadie esperaba. La Corte Suprema de Justicia de la Nación pidió el envío del expediente principal de la causa Ilarraz.

La consecuencia fue lógica: se suspendió la audiencia para tratar la apelación al procesamiento. El juez Pablo Vírgala explicó que «no tiene sentido seguir con la causa si no sabemos cuál va a ser la resolución de la Corte, que trata el planteo de prescripción. Hay que tener en cuenta que hay que respetar los derechos de los denunciantes, pero también del denunciado».

Ilarraz fue denunciado por siete víctimas, que lo acusaron en la Justicia de graves violaciones ocurridas en el Seminario, cuando eran apenas adolescentes y permanecían como pupilos cursando la escuela secundaria. Ilarraz, que fue prefecto de disciplina en el Seminario, tuvo a su cargo a esos chicos, a los que luego abusó, según los testimonios que figuran en el expediente judicial.

La causa, que se inició en septiembre de 2012, ha debido sortear una serie de obstáculos, hasta que por fin en abril de 2015 la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia dictaminó que, a pesar de los planteos de la defensa del cura, los delitos que se le imputan no están prescriptos. Frente a ese pronunciamiento, el defensor de Ilarraz acudió con un recurso extraordinario a la Corte.

El máximo tribunal del país había tomado intervención en septiembre último, cuando recibió el recurso presentado por el defensor de Ilarraz, que sostiene la idea de que la causa penal está prescripta. Como esa posibilidad le fue imposible ante los tribunales provinciales, decidió recurrir ante la Corte federal.

En la Corte, el caso Ilarraz se identifica con el número de expediente 4284/2015, y está caratulado «Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada. Incidente de extinción por prescripción. s/Impugnación extraordinaria». Y con la remisión del expediente principal, quedó suspendida la audiencia prevista para el 22 de marzo en la que se iba debatir los argumentos de la defensa en contra del procesamiento del cura dictada por la jueza Susana María Paola Firpo en julio último.

El recurso había sido planteado por la defensa de Ilarraz, disconforme con lo resuelto por la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) el 27 de abril de 2015, cuando resolvió que la causa no está prescripta.

En ese pronunciamiento, el vocal Carlos Chiara Díaz resaltó que la causa Ilarraz «presenta aristas singulares» por cuanto ocurrió hacia el interior de la Iglesia Católica y afectó a «familias que por su fe y convicciones entregaron a sus niños para el aprendizaje sin sospechar que ellos serían víctimas de actos horrendos de abuso, que exceden los límites de los ilícitos comunes, dejándoles secuelas psíquicas y de frustración indelebles».

Pero además, puso de relieve que esos abusos tuvieron lugar en un ambiente eclesiástico que en aquel tiempo, mediados de la década de 1980, principios de la década de 1990, «funcionaba por entonces con un férreo esquema de poder vertical, regido por preceptos de conducta y dogmas de fe incuestionables y de obligatorio cumplimiento para sus feligreses.

El STJ cerró la discusión en torno a la prescripción, y dictaminó que los delitos no estaban prescriptos y que debía seguir investigándose al cura, que hoy reside en la provincia de Tucumán, luego de haber sido expulsado de la diócesis, en 1996.

Hasta ese año, Ilarraz formó parte del clero paranaense, y tuvo un rol clave en el Seminario Arquidiocesano, adonde llegó a ser su administrador. También fundó la Librería San Francisco Javier, que funciona en la curia, y sobre la cual ocurrieron una serie de irregularidades nunca investigadas del todo con la importación de libros. Pero fue desde su rol de director espiritual de los adolescentes que cursaban como pupilos la secundaria en el Seminario lo que le permitió cometer los abusos que investiga la Justicia.

La causa incorporó un testimonio clave, la del actual cardenal Estanislao Karlic, que en 1995 investigó a Ilarraz y concluyó al año siguiente, 1996, con una sanción que supuso la expulsión del cura al haberse comprobado los abusos. En la Justicia, Karlic dijo que en un encuentro que mantuvo en Roma con Ilarraz, éste aceptó haber cometido los abusos, y le pidió perdón. Aunque en junio pasado, cuando estuvo frente a la jueza Firpo, Ilarraz lo desmintió, y por eso la magistrada no tuvo en cuenta el testimonio del cardenal para procesarlo.