
Al menos esta es la sensación que deja acceder a los números que posee Redengas, la empresa que provee el servicio de Gas Natural Comprimido, y que algunos meses atrás protagonizó una controversia con dos estaciones de servicios de GNC (una de ellas poseedora de dos bocas), y que terminó en un amparo contra los aumentos y una cautelar que impedía el corte del servicio en manos del juez federal Leandro Ríos y que aún no dictó el fallo resolutivo.
La empresa Laurencena S.A (propiedad de los hermanos Di Palma), presentó el amparo a comienzos del mes de mayo, en tanto que Vera lo hizo a comienzo de junio. “El juez federal Ríos decretó la adminisibilidad, permitió la cautelar, que esencialmente decía que Redengas no podía cortar el suministro de gas por falta de pago. No están pagando desde abril. Ni Di Palma ni Vera”, dicen en la empresa distribuidora Redengas.
Según los números de la empresa, ambas han acumulado una deuda de 11.491.108 pesos por no pagar el consumo: 6.436.429 pesos Laurencena, y 4.873.526 pesos la estación Vera en calle Echagüe. A esto habrá que incluir el mes de septiembre que aún no venció, pero que sumarán cerca de dos millones de pesos más.
Desde Redengas fundamentan que esto plantea algunos problemas no menores en su funcionamiento operativo: que se acumula una deuda que pone en jaque sus propios números, que no parece tener solución de continuidad por el momento, y que Enargas, a su pedido, debe revisar la situación y eximirle de venderle a estas estaciones que no han pagado.
Cambios. De acuerdo a los números que maneja la distribuidora de gas, es esquema ha tenido la siguiente variación para las diez estaciones de servicio de GNC que posee Paraná: hasta el 31 de marzo, Redengas le vendió el M3 a 0,946 pesos. A partir de la resolución 3728, desde el 1 de abril ese precio subió a 3,641 pesos, generando un incremento importante cuya respuesta fue las presentaciones de los amparos y las quejas en todo el país que culminaron con la audiencia pública realizada el 19 de septiembre en La Boca. A partir de allí se generó una nueva resolución, que bajó a 2,887 el costo del M3 para las estaciones.
Este cambio positivo no fue acompañado por las estaciones ya que el valor a venta no bajó. Al 31 de marzo el costo del M3 en surtidor era de 6,998, mientras que desde el 1 de abril subió a 10.990 pesos. Este valor se mantiene hasta hoy, pese a que desde el 7 de octubre obtuvo una mejora –impuestos incluidos- del orden del 22%.
La pregunta, en rigor, está vinculada a que si las estaciones bajarán el precio del M3 para el usuario, y si lo hacen cuándo sucederá esto. EL DIARIO intentó comunicarse con el propietario de una de las estaciones en cuestión, pero no fue posible dar con él. En tanto que uno de sus abogados prefirió el silencio por ahora.
Precisiones. Según los números que suministró Alberto Gutiérrez –CEO de Redengas- la estación de servicio de calle Echagüe consume un total de 223.000 M3 por mes; en tanto que la de calle Laurencena adquiere un total de 288.473 M3 por mes. “Ahora bajó el precio del gas.
La mejora en la ecuación financiera es notoria. Bajó un 17%, pero en el margen bruto la mejora del precio llega al 21,5%. Este cambio es del 7 de octubre que cambio el cuadro tarifario, y sin embargo nosotros no podemos cobrar ninguno de los envíos que le hacemos hasta que el juez lo disponga. Si una GNC vende 100 mil M3, le quedan 538.800 pesos para pagar su gasto de negocio. Luz, alquiler, impuestos. Saque la cuenta: Redengas vendió en septiembre a las diez GNC un total de 1.583,05”, explicó Gutiérrez, quien indirectamente hace notar que a estas dos estaciones les suministra el 30% de su entrega, pero que no factura.
El juez Leandro Ríos, cuando resuelva la cuestión de fondo, deberá disponer cuál será el precio del gas ya vendido. Por el momento el tema se centra en la caución. Gutiérrez lo explica de este modo: “El tema es que cuando se le otorgó la cautelar el juez le concede una caución juratoria, es decir que juran que si el fallo es negativo se comprometen a pagar lo adeudado y el valor que rija en ese momento. Hasta el mes de agosto llevaban 11 millones de pesos de deuda. Le presentamos un escrito al juez que mejore la caución y le pida una caución real, una propiedad o algún bien. Ellos no están obligados a pagar nada, y no hay garantía real que si el juicio termina y deban pagar, lo hagan efectivamente. Si presentan concurso de acreedores, por ejemplo, nos dejarían a nosotros en situación muy complicada desde lo financiero”, explica el ejecutivo.
Redengas, por vender el gas a las estaciones, facturó en septiembre, 1.583.000 pesos; entre abril y mayo, acumuló deudas por 11 millones, y siguen creciendo al calor de las cautelares.
Mientras tanto, hay run run de abogados que van y vienen. La empresa dice que los estacioneros mejoraron 14,4% su margen bruto (antes de pagar gastos fijos y variables), pero que ellos no han podido cobrar un peso.
¿Se corta el servicio?
El amparo presentado por las dos estaciones de servicio de GNC de Paraná apuntaron al aumento del Ministerio de Energía en el mes de marzo, y la cautelar intentó que no se corte el suministro mientras dure el litigio. El presidente de Redengas, Alberto Gutiérrez, adelanta que la resolución 3728, que comenzó a regir desde el 1º de abril y que generó resistencias, no sólo establecía un nuevo precio, sino cómo se debía cobrar a los clientes. Es decir, quién debía facturar. “Hasta ese momento les facturaba YPF, Enarsa y todos los otros productores. A partir de esa resolución comienza a facturar Redengas. A partir de marzo nos obligan a comprar el gas a un precio determinado, y le vendemos a un precio determinado.
Cuando el juez suspende esta resolución para dos estaciones de servicio, tiene el efecto jurídico que no existe más, por lo tanto no sólo se afecta el precio, sino la forma de facturar. En tanto, también debería retrotraerse y que vuelvan a cobrar los productores. Eso estamos solicitando en estos momentos a Enarsa, que nos está facturando por algo que nosotros no cobramos, y si le brinda el gas a estas estaciones de servicio, que sea Enarsa la responsable de cobrar. Enarsa no es parte del juicio. Si decide no inyectar más, nosotros no tenemos otra opción que cerrar el grifo y no proveerle más. Deberán negociar con YPF, British, Petrobrás, Pan American, Enarsa, Etc.
En ese caso dejará de ser nuestro problema, y queremos corrernos de un problema, porque nosotros no somos productores y facturamos por un producto que no cobramos y se acumulan deudas”, precisó el empresario a EL DIARIO.