La medida de fuerza por 24 horas, impulsada por los sindicatos del sector del transporte, fue apoyada por las centrales obreras disidentes, cuestionada por sindicatos de distintas actividades y rechazada por funcionarios del Gobierno nacional, quienes la calificaron de “política” y descartaron modificaciones al mínimo no imponible del impuesto, eje de la protesta.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que el Impuesto a las Ganancias, en la cuarta categoría, afecta aproximadamente “a un 10, a lo sumo 15% de los trabajadores de la UTA y otros gremios del transporte”, quienes ganan por encima de 15.000 pesos mensuales, y criticó a quienes pararán hoy “en solidaridad con los que más ganan”.
En el mismo sentido, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández completó los argumentos del titular de la cartera de Hacienda al afirmar que “las razones son políticas” respecto del paro de transportes.
En rueda de prensa en Casa de Gobierno, tras reunirse con representantes de distintas cámaras de empresarios del transporte de todo el país, tanto Fernández como Kicillof reiteraron que no habrá modificaciones sobre el Impuesto a las Ganancias y que de su aplicación depende el financiamiento de políticas de Estado que benefician a los sectores más vulnerables.
“Nosotros defendemos el impuesto a los altos ingresos de los asalariados, también siempre y cuando afecten sólo a un diez por ciento de los trabajadores”, señaló el ministro de Economía.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, calificó a la medida como “desproporcionada” y su par del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, consideró que el paro está “absolutamente fuera de lugar” dado que la medida la toman “gremios que han sido privilegiados en los últimos años por las políticas del gobierno nacional”.
La medida de fuerza fue anunciada oficialmente el 25 de marzo último, cuando representantes de gremios de transporte ferroviario, automotores, aeronáuticos, camioneros y náuticos anunciaron un cese de actividades por 24 horas desde las 0 de este martes.
Con el eje del reclamo puesto en el impuesto a las ganancias, los 23 gremios nucleados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte recibieron la adhesión de las centrales opositoras que encabezan Luis Barrionuevo y Hugo Moyano, quien redobló la apuesta decretando un paro nacional en todas las ramas que convergen en sus confederaciones.
También expresó su acompañamiento a la medida la CTA Autónoma, que conduce Pablo Micheli, pero a diferencia de otros paros lo hará sin piquetes ni cortes de ruta.
Piquetes. Quienes sí anunciaron la realización de cortes y piquetes en adhesión a las medidas de fuerza fueron los partidos de izquierda que difundieron un cronograma de protestas que incluye el bloque de los accesos a la ciudad de Buenos Aires y cortes de ruta en el conurbano y el interior del país.
Sin embargo, diferentes sectores gremiales salieron al cruce de la medida, cuestionando el momento y la metodología impulsada, así como que la reivindicación central sea la modificación del Impuesto a las Ganancias.
Dos días después del anuncio de la jornada de protesta, el consejo directivo de la CGT, que lidera el dirigente metalúrgico Antonio Caló, decidió “no adherir” a la medida de fuerza luego de una reunión realizada en el Sindicato de Peones de Taxis (SPT) de Omar Viviani, donde la decisión fue respaldada por “los dirigentes presentes”.