Noticias - Toda la Provincia a Toda Hora

Iba a ser un Centro de Prevención y ahora luchan para que no lo intrusen

f_1498129756Al llegar al final de calle Virrey Vertiz, en el barrio Anacleto Medina de la ciudad de Paraná, se levanta una construcción inconclusa: un edificio amplio, de paneles de madera. Ya no está enfrente el cartel que anunciaba que allí iba a funcionar el Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla), una obra que fue financiada por el Sedronar, la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico del Gobierno Nacional.

Los trabajos se llevaron adelante hasta 2015 pero desde entonces, la empresa adjudicataria, Murato SRL, abandonó la obra y el local quedó a merced de la destrucción del tiempo y también del vandalismo.

Actualmente, allí vive un sereno con su familia, contratado por la empresa, pero como hace varios meses que no percibe su salario está pensando en irse a otro lugar. Si eso sucediera, los vecinos temen que se robarán los materiales y chapas que arman el edificio.

Cuidador. Evaristo Sendra se instaló en los cubículos del frustrado Cepla con su mujer y sus hijos pequeños. En lo que serían los pasillos de la institución se pueden ver sillas, sillones, un andador de bebé o una biblioteca, como si fuera el living de una casa.

Desde marzo que la empresa contratista no le paga su salario y por eso debió buscar trabajo como albañil en Colonia Avellaneda, hacia donde viaja diariamente.

“Quedan mi mujer y mis hijos cuidando el lugar. Han venido a querer robar, a intrusarse y los hemos detenido, pero no sabemos hasta cuándo”, advirtió en diálogo con EL DIARIO.

Al frente de la obra, había un tejido perimetral de más de 200 metros que resguardaba el lugar, pero ya no existe. No se sabe si desapareció por robos hormiga o porque el anterior sereno prefirió regalarlo. Lo cierto, es que los vecinos usan el predio para desechar sus desperdicios y el frente se está convirtiendo en un basural a cielo abierto.

“No puedo impedir a los vecinos que tiren basura, demasiado que me enfrento a los malandras para que no roben —se resignó— . Una vez me atacaron con un cuchillo los que querían entrar acá, no sé si para llevarse cosas o para meterse a vivir”.

También, el cuidador contó que ya se han robado materiales, como paneles y también adhesivos, de los cuales pudo rescatar muy pocos.
La obra. El Cepla es un proyecto financiado por el gobierno nacional, a través del Sedronar, que se inició durante la gestión municipal pasada en el barrio Anacleto Medina y cuya construcción se detuvo en diciembre de 2015 cuando la empresa abandonó la ciudad dejando la obra inconclusa.

Desde el Sedronar se enviaron alrededor de 4 millones de pesos para financiar la obra pero nunca se terminó.

Tampoco se han hallado los certificados de obra necesarios para efectuar los pagos restantes. Estas irregularidades no han ocurrido únicamente en nuestra ciudad ya que se han encontrado con casos similares en otros puntos del país.

Es un enigma el motivo por el cual la constructora abandonó la obra dejando una estructura apenas comenzada (el desarrollo no es más del 30 por ciento) sin ningún tipo de aviso y a merced de saqueadores o intrusos.

La empresa en cuestión se llama Murato SRL. En mayo del 2015 se presentó como único oferente en la licitación pública Nro. 73/15 que se realizó en la municipalidad para la construcción del Cepla, con una propuesta económica de 8.090.423,70 pesos, aunque posteriormente se realizó una ampliación presupuestaria.

La obra —enmarcada en el Programa Recuperar Inclusión, llevado adelante por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios y el Ministerio de Salud de la Nación—, tendría, según el proyecto, una inversión del Estado Nacional de $7.500.000.

En la Afip, Murato SRL figura con domicilio en la localidad de Yerba Buena, en la provincia de Tucumán. Se registró en 2012 y manifestó que su actividad principal es “movimiento de suelos y preparación de terrenos para obras (incluye el drenaje, excavación de zanjas para construcciones diversas, el despeje de capas superficiales no contaminadas, movimientos de tierras para hacer terraplenes o desmontes previos a la construcción de vías, carreteras, autopistas, ferrocarriles, etcétera)”.

Por su parte, Carlos Muratore, responsable de la empresa, figura como trabajador autónomo en la AFIP, afirma que no integra ninguna sociedad y declara que su actividad es exactamente la misma que la de la empresa Murato SRL, pero dice no tener empleados y que sus ingresos no superan los 20.000 pesos mensuales.