«Frente a los graves acontecimientos institucionales ocurridos en la República del Paraguay que culminaron con la destitución del Presidente Constitucional Fernando Lugo y la ruptura del orden democrático, el Gobierno argentino ha dispuesto el inmediato retiro de su embajador en Asunción», se informó oficialmente a través de un comunicado de la Cancillería.
Allí se precisó, además, que la Argentina quedará representada por un encargado de negocios «hasta tanto se restablezca el orden democrático en dicho país«.
La decisión de la Casa Rosada se conoce luego de que la presidente Cristina Kirchner advirtiera que la Argentina «no va a convalidar» el nuevo Gobierno en Paraguay, por considerar que la destitución de Lugo fue «un golpe de Estado».