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La causa Ilarraz se definiría después de la feria de enero

o_1449975609El procurador general de la provincia, Jorge Amílcar García, mostró su convencimiento de que el cura Justo José Ilarraz, acusado de graves abusos a menores en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, será llevado a juicio oral y público, luego del procesamiento dictado en julio último por la titular del Juzgado de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo.
García está firmemente convencido de que el procesamiento, que ya fue apelado por el defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, será finalmente confirmado por la Justicia. Aunque para eso es preciso que se constituya un tribunal que confirme o rechace la medida adoptada por la jueza Firpo. Ahora hay una serie de excusaciones que han impedido que se dé ese paso.
Es por eso que el procurador general entiende que la resolución del tema de fondo, el procesamiento, ocurrirá recién después de la feria judicial de enero. Antes, espera, se deberá constituir el tribunal que resuelva las sucesivas excusaciones, según contó en diálogo con EL DIARIO.
DISCUSIÓN. El cura Ilarraz está acusado por siete víctimas de haber abusado de ellos cuando eran adolescentes y cursaban la escuela secundaria como pupilos en el Seminario, donde el sacerdote fue prefecto de disciplina, administrador y confesor de muchos de ellos entre 1985 y 1993. A ese puesto Ilarraz llegó nombrado por el entonces arzobispo Estanislao Estaban Karlic, hoy cardenal, que fue quien en 1995, y tras conocer las primeras denuncias, ordenó investigarlo.
En 1996, un año después de la investigación que quedó a cargo del sacerdote Silvio Fariña, Karlic encontró responsable a Ilarraz de los abusos, le prohibió todo contacto con los seminaristas y lo expulsó de la diócesis. Después, cuando la Justicia pidió su testimonio, el cardenal diría que Ilarraz, en un encuentro que mantuvo con él en Roma, se mostró arrepentido y pidió perdón.
Pero la Justicia no tuvo en cuenta ni el juicio diocesano que ordenó realizar Karlic –no tuvo la participación del acusado– ni el testimonio del cardenal. La jueza Firpo ponderó, en cambio, el testimonio de las siete víctimas que denunciaron a Ilarraz en Tribunales para dictarle, el 10 de julio, el procesamiento en la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”.
Pero luego de ese procesamiento una serie de excusaciones han trabado el avance de la causa penal.
Tres juezas se han excusado, por distintos motivos.
A UN COSTADO. El cura, ordenado en 1983 y a quien el cardenal Karlic designara prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, cargo que ejerció entre 1985 y 1993, enfrenta una causa penal en la Justicia que es un escándalo: el abuso de menores que cursaban el secundario como pupilos en el Seminario.
Por esa causa penal, toda la cúpula eclesiástica de Paraná de los últimos 30 años ha testimoniado en la Justicia. Desde Karlic hasta el actual arzobispo Juan Alberto Puiggari, y hasta un obispo tucumano, José María Rossi, último superior de Ilarraz.
Ilarraz ejercía el rol de confesor de las víctimas, y así pudo ganar su confianza y conocer sus flaquezas, y de ese modo ir cercándolos, hasta abusar de ellos, según la hipótesis de la acusación.
El expediente judicial, abierto en septiembre de 2012, contiene relatos descarnados del modo cómo el sacerdote abusó de los menores.
La jueza sostuvo que “la coherencia mantenida por las víctimas en los relatos de los hechos a través del tiempo y su comunicación a terceros –sin variaciones en lo esencial– desde antes, incluso, de la denuncia ante Karlic, permiten otorgar a estas versiones testimoniales un margen de credibilidad que aporta un peso extra de convicción que quiebra el equilibrio probatorio”.
De ese modo, firmó el procesamiento de Ilaraz.
Pero ese procesamiento está apelado, aunque esa apelación no ha podido ser resuelta por falta de tribunal.
El primer tribunal que se conformó para tratar la apelación, integrado por los jueces Marcela Beatriz Badano, Pablo Andrés Vírgala y Daniel Julián Antonio Malatesta, no llegó a funcionar.
La jueza Badano se inhibió de intervenir por cuanto ya se había expedido antes sobre la causa. Para decidir si su inhibición se aceptaba o se rechazaba, se conformó otro tribunal, integrado por los jueces Vírgala, Malatesta y una jueza de La Paz, Cristina Lía Van Dembroucke.
Van Dembroucke se excusó por una cuestión de procedimientos: dijo que no debió ser convocada, que primero debía agotarse la invitación a los jueces de Paraná. También fue impugnada por el defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón.
El asunto fue elevado para su consideración a la Cámara de Casación Penal.
El 26 de octubre, Casación –con las firmas de los jueces Hugo Perotti, Rubén Chaia y Marcela Davite– indicó, de forma escueta que, “previo a todo trámite, devuélvase los autos a la Cámara de origen a fin de que, con las facultades conferidas a los tribunales colegiados por el art. 59 del C.P.P. (ley 4.843), debidamente integrada, resuelva la inhibición formulada por la doctora Van Dembroucke; y oportunamente, la nulidad planteada por la Defensa”.
Así se conformó un nuevo tribunal ad hoc para resolver ese tema, integrado por Vírgala, Malatesta y una tercera jueza, la titular del Juzgado de Transición Nº 1, Gabriela Garbarino.
Pero Garbarino también se excusó de intervenir por una relación de parentesco con uno de los denunciantes en la causa.
De ese modo, ya son tres las juezas que se excusan en la causa: Badano, Van Dembroucke y Garbarino.
Ahora se conformó otro tribunal, constituido por los jueces Gustavo Maldonado, Daniel Malatesta y Pablo Vírgala para resolver las excusaciones de esas tres juezas y, si no hay tropiezos de procedimientos, fijar fecha para la resolución del tema de fondo, la apelación al procesamiento de Ilarraz.
Antes, debe quedar formalmente constituido el tribunal que debe tratar el asunto.
Aunque el procurador entiende que la resolución de las sucesivas excusaciones hará que la cuestión de fondo, el procesamiento de Ilarraz, quede firme recién luego de la feria de verano, en 2016.

Abecé

La situación procesal de la causa Ilarraz en materia de inhibiciones es difícil de entender, y peor de explicar.
Se trata de una serie de excusaciones que siguieron por cuanto jueces naturales decidieron no intervenir, por distintos motivos.
Por eso se debió acudir a magistrados ad hoc, que se han ido inhibiendo.
Así, se deberá conformar un tribunal que analice la inhibición de actuar en la causa Ilarraz formulada por la jueza Gabriela Garbarino; otro tribunal, después, analizará la excusación de la camarista Cristina Lía Van Dembroucke.
Resuelto ese asunto, otro tribunal resolverá la inhibición de Badano.
Pero hay un nuevo juez convocado, Gustavo Maldonado. Si por alguna razón llegara a inhibirse –sería la cuarta excusación– los tiempos se extenderían mucho más allá de lo razonable.
Y la cuestión de fondo, la apelación al procesamiento, quedaría con fecha indefinida.