El Parque Urquiza es un don de Paraná. La perla verde que corona la ciudad cubre 44 hectáreas que cedió la viuda del general Urquiza, Dolores Costa, en 1893.
Desde entonces se ha ido engalanando con esculturas, veredas, escaleras, juegos.
A partir de hoy se anexará una nueva área para disfrutar y descansar, para pasear en las tardes de sol y convivir con el verde y el aire libre.
Se trata del paseo Anacleto Llosa, una zona recuperada para los paranaenses con veredas integradas al diseño arbóreo, con bancos y que finaliza en el skatepark, un ámbito anhelado desde hace tiempo por los que practican ese deporte.
El piso ondulante de cemento es la novedad. Ocupa aproximadamente 580 metros cuadrados y será el deleite de los cultores de la tabla con ruedas, esos que hacen piruetas increíbles en el aire y a gran velocidad.
FUNCIONALIDAD. El borde costero se extendió hasta la zona que había sido concesionada al Club de Tenis Justo José de Urquiza y que ahora vuelve para el uso público.
El flamante espacio que será i-naugurado hoy está sobre avenida Laurencena, frente a la plaza Le Petit Pisant, en la cabecera oeste de la Costanera Baja. Se trata de un predio que se recupera en el marco del proyecto integral de ampliación.
Con el objetivo de lograr una mayor funcionalidad, se construyeron veredas que prolongan el paseo de los caminantes entre los árboles autóctonos y los que han sido traídos de tierras lejanas. Las especies son identificadas con carteles que indican nombre y procedencia. Además, se han plantado jóvenes ejemplares de lapacho rosado y otros bellos representantes de la flora local.
Es que la intención es invitar a los turistas a que descubran nuestros tesoros naturales y ofrecerles nuevas posibilidades de recreación.
También se abrió un sendero que recorre la línea de ceibos con sus frondosos ramajes. Se instalaron columnas de luz, bancos de hormigón y se construyó un desagüe para evitar inundaciones.
Al final, una calle recién asfaltada desemboca en Avenida Estrada. De esa manera, el borde costero se comunica directamente con una de las zonas más antiguas de la ciudad: Puerto Viejo. Allí se levantan los edificios más añejos, de principios del Siglo XIX, a la vera de la desembocadura del Arroyo Antoñico.
Cabe aclarar que esa calle no será transitable con vehículos -para evitarlo, se extenderá la vereda de Estrada-, sino que será un lugar de práctica para los skaters principiantes y que todavía no se atrevan a usar la pista.
EXTENSIÓN. El local de lo que era el bar La Boya, que funcionó durante años y que fue un tradicional punto de encuentro de los paranaenses sobre todo en verano, perdió una parte de su estructura para permitir la extensión de la vereda. Continúa allí, majestuoso como siempre, el enorme gomero que crece al costado. La idea es adaptar el edificio para convertirlo en una estación deportiva, el punto de salida o llegada de quienes realizan actividades físicas en el parque. Además, se ha instalado una serie de aparatos para realizar diversos ejercicios, en una suerte de gimnasio al aire libre y al sol.
OPINIONES. Mariela tiene 52 años y diariamente camina por el parque, “llueva o haya sol”, según aclaró. Su paseo se inicia en el Puerto y desde allí, con los auriculares puestos y su música favorita, camina sin prisa pero sin pausa hasta el final de la costanera. Ahora, tendrá la oportunidad de extender el recorrido un poco más.
“Me gusta la idea de sentarme a descansar entre los árboles o al sol. Está bien, me gusta”, opinó.
También Pablo, que usa la bicicleta para llegar hasta el Parque y luego recorre el lugar a pie, se sintió a gusto con el área recuperada.
“No me convence la pista de skate. Hubieran dejado un espacio verde o jardín, algo que estuviese integrado al parque en general”, opinó.
No piensan lo mismos los deportistas de la tabla. Para ellos, es un sueño de muchos años hecho realidad.
Un paraíso en la ciudad
En 1893, el entonces intendente de Paraná Jaime Baucis le solicitó a la viuda de Urquiza la donación de los terrenos que en aquella época se conocían como La Batería. Fue el inicio del Parque Urquiza, el más importante de la ciudad y un verdadero paraíso.
El diseño del parque estuvo a cargo del arquitecto francés Carlos Thays y la forestación a cargo del jardinero Julio Kumagae, por orden del intendente Francisco Bertozzi. Entre las especies plantadas se encuentran: álamo plateado, laurel de jardín, ciprés calvo, lapacho rosado, jacarandá, palo borracho, chañar, aromo, aguaribay, encina, ceibo, sauce, cedro, paraíso, tipa y pino.
El parque está dividido en tres niveles: la Costanera Alta, Media y Baja, conectados por numerosas escaleras, senderos y calles por las cuales se puede subir o bajar las barrancas por entre la vegetación. La costa es recorrida por la avenida Laurencena desde el Puerto Nuevo hasta la Bajada Los Vascos.
En la Costanera Baja se encuentra la costanera de la ciudad. Un balcón al río donde la gente pasea o hace ejercicios, ya sea andando en bicicleta, corriendo o simplemente caminando.
En el Parque Urquiza se encuentran diversas obras de arte dispersas por todo el amplio predio: el Monumento al General Urquiza al final de calle Alameda de la Federación; la Venus Saliendo del Baño, ubicado en el Rosedal; Puente de los Suspiros; El Yaguareté, recientemente restaurado y reinstalado; y El Yacaré.
Fuente: El Diario