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La economía social sigue cambiando la vida de los emprendedores entrerrianos

Cuando se quedó sin trabajo, esta tenaz mujer supo que tenía que usar sus habilidades para sacar adelante a su familia. Su destreza en la cocina fue su primera aliada y las políticas de desarrollo le dieron el apoyo que necesitaba: “me pregunte qué podía hacer y con mi cocina chiquita comencé cocinando unas pizzas para vender; después me entere de los microcréditos que ofrecía el Ministerio de Desarrollo. Me presenté, completé los papeles que requerían y pude comprar un hornito usado y más mercadería”, cuenta orgullosa.

b_1431179315Con el correr de los meses y las ventas, pudo instalarse y ofrecer a sus clientes otros productos de rotisería, expandiendo su negocio con productos de calidad. “Soy de esas cocineras que cocinan casero”, relata.

Después de un año y medio de trabajo, Alejandra recibió un freezer a través del Programa Incorporación de Tecnología, del Ministerio de Desarrollo Social. Esta herramienta fue de gran ayuda y le permitió aumentar su producción: “hasta recibir el freezer trabajaba con una heladera vieja y muy chiquita, que no conservaba bien los alimentos. Si algo me quedaba de un día para el otro, lo tenía que tirar; así que producía en pequeña cantidad y eso hacía que las ventas sean limitadas”, cuenta.

Con la ayuda de su marido, y ante la mirada de su pequeña hija, Alejandra construye con sus manos un oficio, un emprendimiento y el sueño de seguir creciendo. “La rotisería esta en el barrio Paraná XX y de eso vivimos hoy en día. Este negocio es todo para la familia. Con lo que ganamos con las ventas compro la leche, las cosas de la escuela, todo”, nos cuenta y agrega con satisfacción: “nos cambió la vida”.

“Yo le diría a la gente que luche por lo que desea. Cuesta, no es fácil, pero quien quiere puede salir adelante, siempre que la salud se lo permita. Ahora ya estoy pensando en obtener una cocina; ese es mi próximo objetivo, porque todavía sigo cocinando en mi pequeña cocina de dos hornallas. Si lo consigo, será otro sueño cumplido para mí”, destacó esta mujer, cuya mirada está puesta siempre en el trabajo y en seguir creciendo.

“Hasta esta gestión nunca había recibido apoyo de nadie y cuando se realizó la entrega de herramientas de trabajo del Programa me puse muy feliz, no solo por mí, sino porque vi que mucha gente como yo recibía una mano por parte del Estado. Sin dudas esto me ayuda a creer un poco más en la gente, más allá de su rol político. Veo, con estas muestras, que quienes están trabajando en el Estado tiene buena predisposición, compromiso y responsabilidad, no solo los altos funcionarios, sino también los jóvenes que van a los barrios, nos explican, nos dan idea” reconoce la emprendedora y no deja de resaltar la importancia de las políticas de desarrollo y del trabajo en terreno: “se ve que es una modalidad de trabajo de todos los que forman parte de Desarrollo Social, para quienes no tengo más que palabras de agradecimiento. Me han ayudado a tener trabajo, a crecer y a no perder las esperanzas”, concluye emocionada.