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La Fiesta de Disfraces se palpita en Paraná.

o_1372735455La edición 2013 de la Fiesta de Disfraces, una de las más multitudinarias convocatorias de público que registra la ciudad, tendrá otra vez una asistencia récord, según esperan sus organizadores, que no dejan de asombrarse ante la altísima demanda que se registra en el local de venta anticipada de entradas, en Córdoba al 100 de la capital provincial.
Desde el Grupo LBP –sigla que se traduce como La Banda del Palo–, organizador de la Fiesta de Disfraces, pretenden saldar el “gusto amargo” que les dejó la edición 2012, cuando la convocatoria debió suspender a las 5 de la mañana, dos horas antes de lo previsto, debido a un aguacero que se precipitó en la ciudad.
“Fue un gran esfuerzo el que se hizo para la puesta en escena, el operativo de seguridad fue inmenso, y según nos dijo la Policía, el de mayor despliegue que se hace en la ciudad, se hizo mucho en la innovación que tuvo, y nos quedó el sabor amargo de haber terminado antes. Y así quedaron cosas por hacer. Pero este año está previsto para que, con lluvia y todo, la fiesta no se va a suspender. Las carpas, todas las carpas, van a tener pisos especiales”, adelantó Julián Abramor, del grupo organizador.

Aprestos. Como es costumbre, el Grupo LBP no adelanta mucho, ni demasiado respecto de lo que será la edición 2013 de la Fiesta de Disfraces. A decir verdad, están todavía en los ajustes finales de la puesta en escena que, dicen, al igual que la de 2012, sorprenderá por sus efectos y la tecnología que incorpore.
El tema central este año es dotar a la infraestructura de la fiesta, en el predio de Don Bosco y Circunvalación, de la seguridad suficiente de modo que no haya motivos para su suspensión por fenómenos meteorológicos, como en 2012.
“La verdad que el año pasado el tema de la lluvia fue muy importante. Llovió mucho en los días previos, y eso era como una gran pileta. Se trabajó mucho, y este año también, y las carpas van a estar preparadas para que no haya ningún motivo de suspensión. No se debería suspender por lluvia. Se están tomando los recaudos para eso”, adelantó.
De todos modos, aseveró, hubo “nueve horas de fiesta”. Y afirmó: “La gente que llegó al horario de inicio de la fiesta, las 21, y se quedó hasta las 5 de la mañana, tuvo nueve horas de fiesta. Apuntamos a eso, a que la gente llegue temprano”, amplió Abramor.

Anticipación. El clima previo se vive en la venta anticipada, y en el local donde se han puesto los tickets a la venta en Paraná, en Córdoba al 100, cada día se observan largas filas de gente esperando su turno.
Esa ceremonia, como cada año, empezó dos meses antes. Y el arranque fue con un piso de $120 cada entrada; en la segunda semana, sin embargo, el precio ya subió a los $150.
Así, el costo para acceder a la Fiesta de Disfraces es una buena vara para medir de qué modo transcurre la economía.
La edición 2012 de la Fiesta de Disfraces empezó con un valor de $80, un 33% más caro que en la edición 2011, cuando el precio inicial que pusieron los organizadores fue de $60.
Este año, en tanto, el arranque fue con un precio un 50% por encima del precio base de 2012.
Lejos, claro, de aquellos primeros inicios, en 1999, cuando fue sólo un encuentro de amigos, en el Club Ciclista. Pero rápidamente la convocatoria fue conociéndose de boca en boca, hasta que llegó el año aquel en que tuvieron que alquilar un galpón de Puerto Viejo para dar cabida a la convocatoria que tuvieron.
Entonces no pararon de crecer. Hasta que el encuentro se trasladó al amplio predio que ahora ocupan, en Don Bosco y Circunvalación.
“Es impresionante la demanda que hay; acabo de pasar por el local, y la cola de gente da vuelta la esquina”, se entusiasmó Juan Laurencigh, otro de los integrantes de LBP.
Pero el crecimiento ha traído sus bemoles, y la necesidad de reubicar la fiesta, de otra mudanza, aunque todavía no han definido a qué otro sitio llevarla. Laurencigh admite que las conversaciones están, que hay proyecto ya en puerta, pero que todavía no han cerrado nada. El predio de Don Bosco y Circunvalación es propiedad de la Caja de Médicos Bioquímicos, y sus dueños tienen en mente darle otro uso a ese predio.
De todos modos, se detiene en la coyuntura, lo que ocurre ahora. “Nos sorprendió la respuesta de la gente. Uno siempre tiene expectativas, y por suerte todo está andando bien. La demanda es muy buena”, apuntó.
AL MARGEN
Anticipo. Habrá un despliegue de 13.000 metros cuadrados de carpas. “El año pasado –recordó Abramor– le dimos mucha importancia al escenario, con una puesta en escena muy fuerte.
Este año apuntamos en ese mismo sentido, pero con muchísimo más. Como siempre, vamos a sorprender a la gente poniendo cosas distintas, como cada año. No sólo pretendemos que la gente se divierta con los disfraces, sino ofrecer una fiesta diferente, y con una alta calidad”, sostuvo.

DE AYER PARA HOY

1ª edición. Año: 1999. Lugar: Club Ciclista Paraná.
Unas 60 personas celebraron el cumpleaños de seis de los integrantes del grupo que creó la fiesta. Pensaron en un asado a gran escala, en fiestas de diferentes características, hasta que se impusieron los disfraces. Cada cumpleañero puso $50 y un cajón de cerveza. Noche inolvidable.

2ª edición. Año: 2000. Lugar: Salón de calle Santa Fe, frente a Casa de Gobierno.
Unas 120 personas se reunieron más o menos con la misma modalidad: quienes cumplían años solventaban los gastos y los demás a lo sumo colaboraban en una vaquita a la madrugada para reponer bebida. Todavía íntimo y muy divertido. Para los creadores de la fiesta es una de sus preferidas.

3ª edición. Año: 2001. Lugar: Salón de la Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), en el Brete.
Más de 300 personas se reunieron para el festejo, siempre con disfraces, claro. Ya en esta edición, la mayoría de los asistentes hacía algún aporte para comprar bebida y costear algunos gastos.

4ª edición. Año 2002. Lugar: galpón del Puerto Nuevo.
El boca en boca ya comenzaba a provocar un movimiento insospechado incluso para los organizadores. En una noche de lluvia –la única en la historia de la fiesta– más de 1.500 personas colmaron el salón luego de hacer una cola de casi tres cuadras, bajo el agua. El costo de la entrada era irrisorio: 2 federales que contemplaban una consumición.

5ª edición. Año 2003. Lugar: Excándalo.
Más de 4.000 personas llenaron el boliche, que por tercera vez en su historia tuvo que cerrar sus puertas. Antes sólo habían colmado Los Fabulosos Cadillac y se habían tenido que cerrar las puertas en una calurosa noche de Navidad en que se cortó la luz. Con las ganancias se fueron todos juntos de vacaciones a Brasil.

6ª edición. Año: 2004. Lugar: el salón de la Sociedad Rural.
La elección del predio de la Rural para organizar la fiesta marca un antes y un después. Una parte del grupo quería aprovechar la estructura del boliche Budah, en la Toma Vieja, para no tener dolores de cabeza, y la otra jugarse todo a armar la fiesta íntegramente en un lugar de grandes dimensiones. Hubo votación y ganó la Rural por un voto. A partir de allí los organizadores comenzaron a manejar una lógica más comercial de la fiesta, aunque el espíritu seguía siendo de un festejo ampliado. La entrada costaba $5 e incluía una consumición. Entre 6.000 y 8.000 personas respondieron a la primera convocatoria en la Rural.

7ª edición. Año 2005. Lugar: la Rural.
Más de 10.000 personas asistieron, tras pagar una entrada de $10 que incluía una consumición. La fiesta cada vez convocaba más jóvenes de otras localidades en especial de Rosario.

8ª edición. Año 2006. Lugar: la Rural.
Se empezaron a montar más carpas, se instaló una electrónica, una de música de fiesta y otra retro. Se calcula que entraron unas 12.000 personas.

9ª edición. Año 2007. Lugar: La Rural.
Se añaden más carpas y se intenta aprovechar el predio en toda su magnitud. A partir de esta edición se incluye la invitación a mayores, con un espacio exclusivo. Sigue el bum electrónico y se agregan carpas. Más de 18.000 personas entraron a la fiesta.

10ª edición. Año 2008. Lugar: La Rural.
Última edición en el predio de La Rural. El espacio queda definitivamente chico para las casi 20.000 personas que concurrieron a la fiesta. El valor de la entrada ya deja de ser tan económico para responder a los costos que requería la organización del evento.

11ª edición. Año 2009. Lugar: predio en Don Bosco y Circunvalación.
Otra apuesta fuerte: un predio completamente descampado que había que cercar, para luego montar íntegramente en todos sus detalles. “A la gente le sorprendió el lugar y lo disfrutaron mucho”, dicen los organizadores. Entraron 22.000 personas.

12ª edición. Año 2010. Lugar: predio en Don Bosco y Circunvalación.
Ya todos los ojos estaban puesto en la fiesta, stand de ventas callejeros se armaban con anticipación, la gente se apuraba para adquirir sus entradas y también sus disfraces. Más de 30.000 personas vivieron una noche intensa de bajas temperaturas.

13ª edición. Año 2011. Lugar: predio de Don Bosco y Circunvalación.
Los organizadores, de parabienes, contaron auspiciosos la convocatoria que lograron ese año: 40.000 personas, que se distribuyeron en el amplio predio, donde se instalaron 15 carpas.

14ª edición. Año 2012. Lugar: predio de Don Bosco y Circunvalación.
La asistencia fue todavía mayor que el año anterior: estimaron en cerca de 50.000 personas.

 

Fuente: El diario.