Llegó el día: para muchos, empieza el verdadero Mundial para la Argentina. Lo cierto es que el hecho de que cada partido cuente con una eliminación directa para el perdedor de cada cruce hace que los ánimos, los nervios y -obviamente- la presión sean mucho más fuertes que en la fase de grupos, donde perder un partido molesta, pero es solucionable.
Hoy, desde las 13 horas, el equipo dirigido por Alejandro Sabella medirá su verdadero potencial ante un rival que promete dar pelea, Suiza. Los helvéticos se ganaron el segundo lugar del grupo «E» al ganarle a Ecuador (2-1) y a Honduras (3-0). Con seis puntos, se clasificó como escolta de Francia, que cosechó tan solo un punto más, por un empate ante los sudamericanos. Sin embargo, en el choque ante los galos, los rivales de argentina se vieron totalmente diezmados, perdiendo por un abultado 5 a 2.
Así las cosas, como es de costumbre y por su naturaleza, el equipo dirigido por Ottmar Hitzfeld cuenta con un orden y una disciplina digna de los suizos. «Un relojito», decían de este combinado en el Mundial de Sudáfrica 2010 cuando venció en primera ronda a una España desorientada que terminó siendo campeona.
El mismo Hitzfield habló de manera optimista de las chances de su equipo contra la Argentina: «Siempre me preparo para seguir, tenemos previsto estar en cuartos. No creo que sea mi último partido», arriesgó. La confianza del técnico es algo con lo que Argentina no se había encontrado hasta ahora, con equipos que, a priori, practicamente confesaban entrar a al cancha a no perder.
Será un sano desafío para una selección argentina a la que todavía se le pide demostrar su potencial o poderío. «Es un momento especial estar en un mundial, nos hemos propuesto llegar a cuartos y tenemos la gran oportunidad de darle algo al futbol suizo», se atrevió Ottmar.
Sin embargo, el currículum argentino es el de un candidato a quedarse con el puesto. De siete enfrentamientos entre ambas selecciones, Argentina se llevó cinco victorias y selló dos empates. Nunca Suiza le ganó a la Argentina. Por mundiales se vieron las caras tan solo una vez, en Inglaterra 1966, en la ciudad de Sheffield, donde la albiceleste se impuso por 2 a 0.
Tiempos modernos
Messi en su último partido ante Suiza. De fondo, Shaqiri.
Messi en su último partido ante Suiza. De fondo, Shaqiri.
El último partido disputado entre Argentina y Suiza fue el 29 de febrero de 2012, cuando recién iniciaba el ciclo de Alejandro Sabella al frente del combinado nacional y donde las alineaciones eran bastante similares a las que hoy se verán en San Pablo. De hecho, la misma estrella suiza de la que se habló durante la previa, el «Messi suizo» que milita en el Bayern Muhich de Alemania, Xherdan Shaqiri, quien le convirtió 3 goles a Honduras en la fase de grupos, convirtió el único gol de su equipo en aquella ocasión en la que Argentina superó a los europeos por 3-1, con un «hat trick» de Lionel Messi. Mirá los goles de aquella vez.
El misterio de Sabella
Como es de costumbre ya para el técnico argentino, no dio información sobre la alineación titular que hoy intentará pasar a cuartos de final y quedar entre los ocho mejores del Mundial. Si bien ayer dio una conferencia de prensa, evitó refererise al sistema que utilizará, a quién reemplazará a Sergio Agüero (lesionado ante Nigeria) y sobre cuáles cree que son las virtudes y defectos de su rival. «Siempre tengo alguna duda, casi hasta último momento, por eso no puedo confirmar el equipo», se excusó
«Suiza es un equipo trabajado, que viene trabajando desde hace mucho tiempo y con un técnico de gran jerarquía. Las debilidades y fortalezas que tiene me lo guardo para la intimidad. De todas maneras, es difícil imaginarse cómo puede darse un partido. El fútbol es impredecible y nunca sale como uno imagina. Y si me lo imaginara de alguna manera, no puedo hacerlo público», manifestó, pero no dio mucho más para los hambrientos periodistas.
«Esta otra etapa donde no hay margen de error. En la fase de grupos hay posibilidad de recuperación. Ahora no. Sabemos que tenemos que estar muy concentrados. Los errores se pagan cada vez más caro, por la jerarquía de los rivales», explicó en tono prudente.
El árbitro
Jonas Eriksson
Jonas Eriksson
El juez designado por la FIFA para impartir justicia en el encuentro entre Argentina y Suiza es el excéntrico Jonas Eriksson (40), nacido en Suecia y que cuenta con una fortuna de más de 10 millones de euros y cuya principal actividad tiene que ver con el mercado de medios de comunicación y derechos de transmisión en su país. De hecho, arbitrar es tan sólo un hobbie para él. Será el tercer partido de Eriksson en este Mundial, que cuenta con más de 200 partidos de experiencia.
La terna será completada por sus compatriotas Mathias Klasenius y Daniel Waernmark.
Así las cosas, sólo resta ser atestiguar lo que suceda dentro del campo de juego donde todo lo dicho carece de relevancia y donde, como dijo Sabella, los errores se pagan caro.