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Las especies del monte vuelven al Parque Urquiza.

 

 

 

 

 

 

En el Vivero Municipal están preparando las plantas que volverán a ocupar la tierra que fue suya durante miles de años. Se trata de especies autóctonas que fueron siendo extraídas conforme avanzaba el desarrollo de la ciudad y que fueron reemplazadas por especies foráneas, como coníferas, álamos, fresnos y paraísos.
En el plan de reforestación de la capital están las barrancas del Parque Urquiza, puntualmente, la barranca en la zona del Patito, donde está escrita la palabra Paraná con plantines, y también tienen pensado plantar árboles autóctonos en el Balneario Municipal y en la barranca del Canberra, aunque luego de realizar trabajos de reconstrucción.
El Parque Urquiza, por ser un paseo proyectado por un paisajista, no es un área natural, sino que sus árboles fueron plantados a principios del siglo XX en el marco de un proyecto de construcción de un parque público, lejos de los nuevos enfoques de preservación y cuidado de las especies autóctonas. Ahora el municipio volverá a plantar algunos de los árboles que seguramente fueron extraídos de las barrancas y la costa cuando se creó el Parque Urquiza.
El balneario Thompson, el Parque Gazzano y la Plaza 1º de Mayo también están siendo reforestados con especies autóctonas.

Lentos pero resistentes. En el Vivero, se está trabajando hace tiempo en la producción de estas plantas, que no son para veredas, sino para plazas y parques. Sucede que las espinas y las ramas duras pueden molestar a los vecinos, y la comuna contempla otras preferencias para la vía pública. EL DIARIO dialogó con uno de los técnicos del Vivero, el ingeniero Carlos Morbidone, para conocer más detalles del plan. “Estas especies no crecen tan rápido como los otros árboles de forestación urbana, como por ejemplo los fresnos. Por eso, las tenemos en número limitado y no se plantarán en las veredas porque pueden complicar las espinas y las ramitas. Pero queremos de a poco ir revalorizando nuestra flora, nuestra cultura”.
“Las especies autóctonas resisten mejor el clima nuestro, no hay que hacerles riegos especiales ni mayores tratamientos fitosanitarios, porque están hechas para nuestra zona, hace años que viven acá, y esa es una gran ventaja”, explicó.

Lugares. Precisó luego que en este momento se está planificando la plantación de especies autóctonas cerca de la barranca del Patito Sirirí, donde se lee Paraná hecho de plantines. En tanto, también se tiene previsto plantar en la barranca erosionada, debajo del Canberra, pero antes se deberán hacer trabajos de estabilización. Por otra parte, ya se han reemplazado los ficus de la Peatonal (una especie de Asia) por palmeras Pindó, nativas de Entre Ríos. Asimismo, se plantarán en bulevar Perette (detrás del hipermercado de calle Ituzaingó y Pirán), en el cantero central, un grupo de palos borrachos, otro de chañar y dos ombúes.

Horarios de atención

El Vivero municipal, en el Acceso Norte de Paraná, atiende al público de 8 a 12. Los vecinos interesados en plantar un árbol en la vereda, pueden pedir asesoramiento allí, donde le entregarán la especie más conveniente para el barrio.

Mimosas en la playa 

Unas de las ideas que tiene en carpeta la gente del Vivero municipal es restituir la mimosa –una planta de la costa- en los balnearios de Paraná. “En el balneario Thompson ya hemos puesto algunas plantaciones de especies de la costa nuestra y que hoy no están. En el Municipal, por ejemplo, hay sauces criollos, ciprés calvo y álamo, no es nativo; por eso plantaremos palmeras timbó y una plantita de la costa a la que se le dice mimosa, porque al tocarla se mueven las hojitas”, adelantó Carlos Morbidone. “Es bastante curiosa la plantita, es un arbustito y da una flor similar a la del aromito, un pomponcito amarillo”, explicó. Si bien es un arbusto, que tira muchas ramas desde abajo, “se la puede conducir tratando de formar un arbolito”, comentó. “Es una planta rara, tocar una planta y que se mueva llama la atención”, dijo.
Este verano, en el Thompson el Vivero plantó 42 palmeras de dos tipos, Pindó y Washintonia.
Morbidone informó que la plantación de estas especies genera una estética tropical y brinda una sombra que no es cerrada ya que permite el ingreso de sol.

Ceibos para las escuelas

Ya es tradicional que el Vivero municipal regale un ceibo a las escuelas que van a visitar las instalaciones, que produce plantas que no están en los viveros comerciales. “Entregamos un ceibo a cada escuela que viene a visitarnos, para que quede un ceibo en cada institución”, contó. Los ceibos son una de las plantas autóctonas que cultiva el Vivero municipal; también tienen algarrobo espinillo, ñandubay, ombú, palmera timbó, chañar y palo borracho, entre otras.

Fuente: El Diario.