La manifestación, convocada por el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y a la que se sumaron otros colectivos y activistas que critican los gastos públicos en el Mundial, comenzó con unas 2.000 personas concentradas en el Largo da Batata, una plazoleta del céntrico barrio de Pinheiros, y fue creciendo en poco tiempo.
Varios de los participantes pintaron las calles con frases en rechazo a los gastos por el Mundial.
Los manifestantes bloquearon la transitada Avenida Faría Lima y comenzaron a desplazarse con destino al puente «Otavio Frías», uno de los principales referentes turísticos de la ciudad y ubicado frente a los estudios de la red de televisión Globo en San Pablo.
La marcha contó con la animación de gigantescos camiones de sonido.
Los participantes exhibieron durante el recorrido carteles en contra del Mundial, como el de «Copa sin pueblo, estoy en la calle de nuevo».
Las protestas ocurren paralelamente a una huelga en varias de las terminales de autobusesde la ciudad que comenzó el martes.
La medida de lucha es promovida por disidentes del Sindicato de Conductores y Trabajadores del Transporte Terrestre Urbano (Sindmotoristas) y provocó el cierre de 14 terminales de autobuses, el bloqueo de calles y avenidas con decenas de vehículos atravesados, y enormes atascos.
El secretario municipal de Transportes de San Pablo, Jilmar Tatto, criticó duramente a los huelguistas, quienes realizan el paro por no aceptar el reajuste salarial del 10 por ciento -al alza- que fue acordado entre el sindicato y las empresas de autobuses.
«Nunca vi que se hiciera una huelga después de conseguir un aumento», dijo Tatto, quien calificó el paro como «sabotaje» y cuestionó el método de presión usado por los huelguistas, que bloquean las calles para que sus colegas que quieren trabajar no puedan hacerlo con normalidad.